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Del Fish and Chips, el cricket y la universidad al terrorismo

Nadie en un principio podía sospechar de ellos. Pertenecientes a familias de emigrantes pakistaníes respetadas en sus barrios, nacidos en Inglaterra, cuatro amigos musulmanes aparentemente normales constituían la célula islámica terrorista encargada de perpetrar el peor atentado de la historia del Reino Unido. De familias acomodadas, del cricket y los estudios, pasaron en los últimos meses al terrorismo islámico, un drástico cambio de quienes vivían sin problemas en el país que acogió a sus padres. Es también la prueba de que la teoría del "mar de injusticia" de Zapatero no se sostiene.

Nadie en un principio podía sospechar de ellos. Pertenecientes a familias de emigrantes pakistaníes respetadas en sus barrios, nacidos en Inglaterra, cuatro amigos musulmanes aparentemente normales constituían la célula islámica terrorista encargada de perpetrar el peor atentado de la historia del Reino Unido. De familias acomodadas, del cricket y los estudios, pasaron en los últimos meses al terrorismo islámico, un drástico cambio de quienes vivían sin problemas en el país que acogió a sus padres. Es también la prueba de que la teoría del "mar de injusticia" de Zapatero no se sostiene.
(Libertad Digital) Las características de los terroristas suicidas que perpetraron los atentados de Londres centran los análisis de la prensa británica y de Scotland Yard. Tan sólo 24 horas después de la tragedia The Guardian informaba de que la Policía y el MI5 había estado siguiendo de cerca a muchos musulmanes radicales, algunos de ellos recién llegados de Afganistán, Pakistán o Bosnia, donde habían sido entrenados en las prácticas terroristas. Una de las conclusiones de la información es que la Policía había acotado en los últimos tiempos los seguimientos de algunos grupos de ciudadanos británicos musulmanes y que tenía serios indicios de que los terroristas de Londres podían ser ciudadanos británicos de segunda generación.
 
Dicho y hecho. Unos días más tarde, cuando las informaciones hablan ya de algunos terroristas suicidas que provenían del norte de Inglaterra, salen a la luz los datos de dos de los presuntos suicidas identificados, o al menos de los que se han encontrado documentos en tres de los lugares atacados, Tavistock Place, King Cross y en Picadilly Line. Dos llamadas desesperadas de dos madres dieron la pista definitiva. La madre de Shehzad Tanweer, de 22 años de edad, llamó a la policía alertando de su desaparición a las 10,00 horas del día de los atentados. Lo mismo hizo la madre de Hasib Hussain. Las madres llamaban preocupadas ante la posibilidad de que su hijo hubiera fallecido en los atentados. Scotland Yard pensó, sin embargo, que podía tratarse de uno de los terroristas.
 
Según relata The Times, nadie en un principio podía sospechar de ellos. En un clarificador reportaje titulado “The laughing lad from the chippie and his wild mate” –El risueño chaval de la tienda de comida rápida y su salvaje amigo– se relatan las peripecias vitales de estos británicos de segunda generación originarios de Pakistán. “Si alguien representaba el modelo de emigrante, era la familia Tanweer”.
 
Se trataba de la típica familia unida, originaria de Pakistán, que mantenía una situación acomodada en el norte de Inglaterra, donde dirigía una tienda de pescados y de comida rápida –South Leeds Fisheries, que incluía la clásica británica de Fish and Chips, pescado y patatas– y vivía en una casa independiente de varios pisos en Beeston, una buena zona en el área de influencia de Leeds –este tipo de construcciones son características de algunas partes de Inglaterra, y suelen pertenecer a familias acomodadas– con dos coches marca Mercedes aparcados en el exterior. La familia Tawnweers eran buenos musulmanes practicantes muy respetados entre las diversas comunidades étnicas de la ciudad. Shehzad tenía un hermano y dos hermanas.
 
Al otro lado de la ciudad de Leeds, en el barrio de Holbeck, otra familia también originaria de Pakistán, Mahmood y Maiza Hussain, escucharon el mismo mortal sonido del silencio con la desaparición de su hijo. Hasib Hussain, de 19 años de edad, era amigo de Shehzad Tanweers.
 
Ambos tenían una trayectoria similar con educaciones parecidas y vidas paralelas, aunque con diferentes maneras de ser. Shehzad Tawneers, licendiado en Ciencias del Deporte, era un joven inteligente – según quienes le conocían– estudioso y buen jugador de cricket, deporte que practicaba en un equipo local asiático,–el cricket es uno de los deportes tradicionales de los británicos que también se juega en sus antiguas colonias como India y Pakistán, y cuyos residentes en Inglaterra practican mucho.
 
Mientras, Hasib Hussain era un joven rebelde que en los últimos tiempos había sorprendido por su intensa fe religiosa, que mostraba abiertamente. Según uno de sus primos, sus padres habían tratado de inculcarle algo de disciplina, pero, al parecer con poco éxito. “No sé lo que le pasó, pero entre 18 meses y dos años Hasib cambió de repente y se volvió un devoto religioso”.
 
En los días anteriores a los atentados Hasib viajó al sur del país, pero la familia estaba preocupada porque no daba ningún tipo de señales de vida, aunque su primo –que en el artículo del Times prefiere mantener su identidad en secreto– supo que había viajado al sur pero que era imposible establecer contacto con él. En el entorno de estos dos terroristas nadie sale de su asombro y algunos de los amigos, devastados por los atentados, cuentan con sorpresa como ambos recomendaban a la gente joven de la comunidad no meterse en problemas y dedicar las energía a hacer algo con sus vidas.
 
Hasib Hussain estudiaba en la Escuela Superior Matthew Murray y, quizás, la fecha de su cambio pudo coincidir con la peregrinación a La Meca que realizó hace dos años. Su permiso de conducir y varias tarjetas de crédito fueron hallados en el autobús de la línea 30 que explotó en la plaza de Tavistock, en el centro de Londres. Su amigo Shezad viajó en los últimos seis meses a Pakistán y Afganistán, donde podría haber estado en los campos de entrenamiento de la red terrorista Al-Qaeda. La policía cree que Tanweer murió en el atentado entre las estaciones de metro de Aldgate y Liverpool Street
 
De la misma manera ha ocurrido con el tercero de los terroristas suicidas, que también provenía de Leeds. Aunque este martes existían dudas sobre su identidad, este miércoles se ha sabido que se trata de Sadique, de 30 años y de origen paquistaní, que estaba casado con Hasina, con quien tenía un bebé de unos ocho meses. Hace cinco meses, Sadique se mudó a la localidad de Dewsbury, tras haber vivido en Beeston, Leeds. Al parecer, se dedicaba al cuidado de niños discapacitados. Varios de sus documentos personales fueron hallados entre los escombros de la estación de Edgware Road.
 
Estos tres terroristas, de origen pakistaní, más un cuarto del que de momento se desconoce su identidad, con vidas aparentemente normales, formaban la célula islámica encargada de perpetrar el atentado terrorista más sangriento de la historia del Reino Unido.

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