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ETA obtuvo 24 millones de euros anuales de 1993 a 2002, la mitad en subvenciones públicas

La organización terrorista ETA obtuvo de varias fuentes de financiación 23,9 millones de euros anuales en la década que va de 1993 a 2002, de los cuales, 12,8 millones de euros procedieron de subvenciones públicas otorgadas a Batasuna y otras asociaciones, ya fuera por parte del Gobierno vasco, la Cámara de Vitoria o la Unión Europea. De la extorsión, ETA obtuvo otros 25 millones de euros. Así consta en el cálculo realizado por el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense y presidente del Foro de Ermua, Mikel Buesa.

La organización terrorista ETA obtuvo de varias fuentes de financiación 23,9 millones de euros anuales en la década que va de 1993 a 2002, de los cuales, 12,8 millones de euros procedieron de subvenciones públicas otorgadas a Batasuna y otras asociaciones, ya fuera por parte del Gobierno vasco, la Cámara de Vitoria o la Unión Europea. De la extorsión, ETA obtuvo otros 25 millones de euros. Así consta en el cálculo realizado por el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense y presidente del Foro de Ermua, Mikel Buesa.
L D (Europa Press) Para realizar este cálculo, Buesa se ha servido de informaciones ya publicadas y, en el caso de las subvenciones, tomó como entidades beneficiarias a Batasuna, la coordinadora de alfabetización del euskera AEK, el diario "Euskaldunon Egunkaria", la Fundación Elkargintza Elkarlanean y Udalbiltza Kursaal, todas ellas inmersas en sumarios abiertos en la Audiencia Nacional por su presunta vinculación con el entramado etarra. En total, las subvenciones suponen el 53,5 por ciento de lo ingresado por ETA en esos años.
 
En el capítulo de instituciones subvencionadoras, el primer puesto lo ocupa el Gobierno vasco, con el 66,6 por ciento, seguido de la Unión Europea, que otorgó el 17 por ciento del dinero recibido anualmente por el entramado de ETA en subvenciones, sobre todo a Udalbiltza-Kursaal. Las corporaciones locales, principalmente los ayuntamientos, otorgaron un 10,7 por ciento, las empresas públicas un 2,9 por ciento, el Parlamento vasco un 2,5, y el Parlamento español, un 0,3 por ciento, hasta que los diputados electos de Herri Batasuna dejaron de percibir sus sueldos y otras asignaciones.
 
Buesa ha realizado este estudio para el Campus de la Fundación de Análisis y Estudios Sociales (FAES), que preside José María Aznar, y que celebra en Navacerrada (Madrid) en estos días varios cursos. Dentro del que lleva por título "Ideas para una España próspera", Buesa presentará "La economía del terrorismo" este jueves, 14 de julio. Se trata de cálculos deflactados, es decir, realizado en euros, pero "a precios" de 2002. El catedrático recordó que todas las entidades vinculadas a ETA recibieron estas subvenciones cuando todavía no se habían visto inmersas en sumarios de la Audiencia Nacional, lo que no le ahorró criticar la "miopía" con la que actuaron las administraciones públicas y, muy especialmente las vascas, "sin querer enterarse de que estas entidades estaban vinculadas a actividades terroristas".
 
La importancia de ilegalizar el PCTV
 
La conclusión a la que llega Buesa es que la presencia institucional de Batasuna es la "primera clave" de la financiación del entramado terrorista, seguida de la extorsión. "Por eso es tan importante para ETA recuperarla y por eso es tan importante que el Gobierno se de cuenta de esta situación y que actúe para la ilegalización del Partido Comunista de las Tierras Vascas (PCTV)", explicó. En este sentido, el catedrático advirtió del peligro que supone que Batasuna pueda concurrir a las próximas elecciones municipales de 2007, ya que, según el autor, esto permitiría la "recomposición" de la parte fundamental del entramado de financiación terrorista.
 
Dentro de su conferencia, Buesa expondrá también los datos correspondientes al beneficio anual de ETA entre 1993 y 2002 procedente de la extorsión al tejido empresarial vasco y que en esa época ascendió 5.950.000 euros, un 24,9 por ciento de las ganancias totales, colocándose como segunda fuente de ingresos para la banda terrorista. El catedrático no ha incluido en esta suma los 2 ó 3 millones que podrían haber aportado las empresas que funcionaban bajo el paraguas de ETA, sobre todo en el sur de Francia, y que también fueron investigadas por las Fuerzas de Seguridad.
 
En tercer lugar, Buesa sitúa las actividades mercantiles de las herriko tabernas, que en esa década obtenían 3 millones de euros anuales, un 12,5 por ciento de los beneficios de los terroristas. A continuación aparecen los 'fondos de origen desconocido', atribuibles, según el autor, al diario "Euskaldunon Egunkaria", con 1.698.000 euros anuales, un 7,1 por ciento.  A mayor distancia figuran lo que Buesa denomina "rifas", por las que el entorno etarra habría obtenido 260.000 euros anuales, un 1,1 por ciento del total. A continuación, y cerrando el capítulo de ganancias, los créditos no amortizados de la Caja Laboral Popular, sumados los intereses, que ascendían a 211.000 euros anuales, un 0,9 por ciento.
 
La economía depredadora de ETA
 
Estos cálculos no son sino una parte de lo que Buesa ha dado en llamar 'la economía depredadora' y que cuesta 739,6 millones de euros al año, entre daños materiales, indemnizaciones a víctimas del terrorismo, coste de garantizar la seguridad de los amenazados y pensiones concedidas derivadas de los daños causados por los terroristas.
 
De estos, son los destrozos materiales los que más daño han hecho a la economía vasca, con un 48,4 por ciento de los 739,6 millones de euros mencionados, de los que casi la mitad proceden del cierre de la central nuclear de Lemoniz. Detrás estarían los coste de seguridad (45,8 por ciento), las pensiones extraordinarias (4,7 por ciento) y las indemnizaciones personales (1,1 por ciento).

Esta 'economía depredadora' hizo que entre en esos diez años, los perjuicios que ocasionó la organización terrorista ETA al País Vasco en términos materiales supusieran 31 veces más de lo que la banda terrorista ingresaba de diversas fuentes. Así, Euskadi perdió 8.311 millones de euros anuales en crecimiento, es decir, dejó de "crecer" un 21 por ciento de su Producto Interior Bruto.

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