L D (Agencias) El presidente de la Xunta, el socialista Emilio Pérez Touriño, tomó este martes posesión de su cargo en el Parlamento de Galicia ante los diputados de la Cámara, dirigentes políticos y representantes del mundo de la cultura. Pérez Touriño prometió llevar a cabo sus nuevas funciones como jefe del Gobierno gallego, acompañado del ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, en representación del Gobierno central, y de la presidenta del Parlamento autonómico, Dolores Villarino, entre otras autoridades.
Emilio Pérez Touriño se convierte en el cuarto presidente de la historia de Galicia tras un acto que fue inaugurado por la presidenta del Parlamento autonómico, Dolores Villarino, que realizó una breve intervención ante los 150 invitados que acudieron al Salón dos Reis, en el Pazo do Horreo, y, posteriormente, el secretario de la Mesa, Pablo López, dio lectura al Real Decreto de nombramiento del presidente de la comunidad gallega. El líder del PSdeG-PSOE, partido que gobernará en coalición con el BNG durante la próxima legislatura, estuvo arropado también por la ministra de Pesca, Elena Espinosa, por los jefes de Gobierno de Cataluña, Pasqual Maragall; de Asturias, Vicente Álvarez Areces, y de Aragón, Marcelino Iglesias, así como por el secretario de organización del PSOE, José Blanco.
Touriño anunció que, desde su cargo, dialogará y escuchará, porque, recordó, "Galicia es una tarea común y este país tiene una de sus mayores riquezas en su pluralidad interna". Touriño dijo que "la procura de amplios acuerdos y del consenso de todas las fuerzas parlamentarias en los asuntos cruciales para nuestra comunidad, será una guía imperturbable de la acción del nuevo Gobierno". Este acto simboliza la "apertura de un nueva etapa histórica" porque dará paso a un Gobierno "inédito" para esta Comunidad, explicó, al estar formado por la "socialdemocracia galleguista" agrupada en el PSdeG-PSOE y en el "nacionalismo democrático" del BNG.
Se trata de un Gobierno de coalición, prosiguió, "una fórmula habitual y ordinaria" en la mayoría de los países de Europa y que también "va a funcionar con toda normalidad en Galicia", aventuró. En este sentido, abogó por concebir la política como un "permanente ejercicio de diálogo, de negociación y de acuerdo", como una actividad que precisa de "actitudes similares" a las que adoptamos "todos y cada uno de nosotros" en la vida cotidiana, sin "tenerle miedo a las diferencias ni a la diversidad". Pérez Touriño ratificó que "lo fundamental" de la nueva etapa será la "renovación democrática" y la "profundización en el autogobierno", la creación de empleo "estable y de calidad", la apuesta por la educación y la investigación, así como la construcción de una Galicia "socialmente avanzada".
No obstante, adujo que la acción del nuevo Ejecutivo discurrirá siempre dentro de "los amplios canales" de libertad y de concordia que garantizan la Constitución y el Estatuto de Autonomía. "No pocas veces tuvimos que escuchar todos los aquí presentes tópicos y lugares comunes relativos a una supuesta forma de ser que caracteriza a los gallegos de forma poco menos que inmutable". Para el presidente de la Xunta, "ni el atraso, ni la dependencia, ni la sumisión" forman parte del "código genético" de los gallegos, porque no son más que derivaciones inducidas en el "imaginario colectivo" por unas estructuras que calificó de "caducas y por una historia mal hecha". Ante su antecesor en el cargo, el popular Manuel Fraga, que presidió la Xunta durante cerca de 16 años, advirtió: "somos herederos de un pasado, ciertamente, pero es decisión nuestra elegir qué parte de esa herencia queremos mantener viva y cuál queremos superar".
Pérez Touriño, que reiteró su compromiso con la Carta Magna y con el Estatuto, incidió en que quería asumir el legado de un "glorioso pasado" liderado por el "galleguismo cívico y solidario, de la ilustración y del resurgimiento, de los republicanos y de los federalistas". "El Gobierno que desde hoy presidiré quiere recoger dignamente el testigo dejado en el aire por tantos hombres y mujeres que trabajaron y murieron por una Galicia mejor" y que, agregó, vislumbraron una autonomía gobernada por las fuerzas que hoy llegan al poder. El presidente del Ejecutivo autonómico precisó que tendrá siempre en cuenta el ejemplo "ilustrado y galleguista" de Daniel Castelao, Anxel Casal y de Xaime Quintanilla, ya que ninguno de ellos creyó nunca en esa Galicia "condenada al fracaso y al lamento permanente", sino en una Comunidad "moderna, justa y orgullosa de sí misma".
Se trata de un Gobierno de coalición, prosiguió, "una fórmula habitual y ordinaria" en la mayoría de los países de Europa y que también "va a funcionar con toda normalidad en Galicia", aventuró. En este sentido, abogó por concebir la política como un "permanente ejercicio de diálogo, de negociación y de acuerdo", como una actividad que precisa de "actitudes similares" a las que adoptamos "todos y cada uno de nosotros" en la vida cotidiana, sin "tenerle miedo a las diferencias ni a la diversidad". Pérez Touriño ratificó que "lo fundamental" de la nueva etapa será la "renovación democrática" y la "profundización en el autogobierno", la creación de empleo "estable y de calidad", la apuesta por la educación y la investigación, así como la construcción de una Galicia "socialmente avanzada".
No obstante, adujo que la acción del nuevo Ejecutivo discurrirá siempre dentro de "los amplios canales" de libertad y de concordia que garantizan la Constitución y el Estatuto de Autonomía. "No pocas veces tuvimos que escuchar todos los aquí presentes tópicos y lugares comunes relativos a una supuesta forma de ser que caracteriza a los gallegos de forma poco menos que inmutable". Para el presidente de la Xunta, "ni el atraso, ni la dependencia, ni la sumisión" forman parte del "código genético" de los gallegos, porque no son más que derivaciones inducidas en el "imaginario colectivo" por unas estructuras que calificó de "caducas y por una historia mal hecha". Ante su antecesor en el cargo, el popular Manuel Fraga, que presidió la Xunta durante cerca de 16 años, advirtió: "somos herederos de un pasado, ciertamente, pero es decisión nuestra elegir qué parte de esa herencia queremos mantener viva y cuál queremos superar".
Pérez Touriño, que reiteró su compromiso con la Carta Magna y con el Estatuto, incidió en que quería asumir el legado de un "glorioso pasado" liderado por el "galleguismo cívico y solidario, de la ilustración y del resurgimiento, de los republicanos y de los federalistas". "El Gobierno que desde hoy presidiré quiere recoger dignamente el testigo dejado en el aire por tantos hombres y mujeres que trabajaron y murieron por una Galicia mejor" y que, agregó, vislumbraron una autonomía gobernada por las fuerzas que hoy llegan al poder. El presidente del Ejecutivo autonómico precisó que tendrá siempre en cuenta el ejemplo "ilustrado y galleguista" de Daniel Castelao, Anxel Casal y de Xaime Quintanilla, ya que ninguno de ellos creyó nunca en esa Galicia "condenada al fracaso y al lamento permanente", sino en una Comunidad "moderna, justa y orgullosa de sí misma".