L D (EFE) José María Odriozola, presidente de la Federación Española, se había propuesto como objetivo igualar los resultados de París 2003, pero las cinco medallas y los trece finalistas de la capital francesa quedaron lejos para un equipo formado por 49 atletas que, en general, dio la impresión de andar bajo de moral. Paquillo y Molina salvaron la cara con sus dos medallas, aunque el granadino se enzarzó después en una polémica con la Federación Española sobre la retribución de su entrenador, el polaco Robert Korzeniowski. El renovado éxito de la marcha española no ha alcanzado a tapar las decepciones de un grupo de atletas instalados en la elite mundial pero que en la hora suprema no fueron capaces de trasladar sus cualidades a la competición.
Antonio Reina , que cayó en semifinales de 800; Alberto García, Jesús España y Roberto García , eliminados en series de 5.000; Julio Rey y Chema Martínez , octavo y trigésimo en el maratón; Manuel Martínez , eliminado en calificación de peso; Mario Pestano , undécimo en disco; y los marchadores Jesús Angel García Bragado y Mikel Odriozola , descalificados en 50 km., no estuvieron a la altura de su calidad en Helsinki. Entre las mujeres, Marta Domínguez, decimocuarta en 5.000; Glory Alozie, eliminada en semifinales de 100 m.vallas; Ruth Beitia y Marta Mendía , que no pasaron a la final de altura; Carlota Castrejana , undécima en triple, y especialmente Conchi Montaner , tampoco respondieron a las expectativas.
Aparte de Paquillo y Molina, María Vasco y Joan Lino Martínez , cuartos en sus respectivas pruebas, tuvieron un comportamiento irreprochable en Helsinki, metidos en la refriega por las medallas. La rigurosa ley del centímetro, que dio a Joan Lino la medalla de bronce olímpica en Atenas con un salto de 8,32 (el jamaicano James Beckford se quedó en 8,31) le expulsó del podio en Helsinki. El finlandés Tommi Evila, con 8,25, le quitó el bronce por la misma diferencia mínima. El medio fondo demostró solidez, pues metió a cuatro atletas en las finales de 1.500, pero las medallas empiezan a estar demasiado lejos.
El madrileño Arturo Casado irrumpe como agua de mayo en una especialidad, el medio fondo, en peligro de estancamiento, una vez confirmado el declive del número uno, Reyes Estévez , que se hundió en la final de 1.500 después de dar la cara en las dos primeras vueltas. Casado remató en Helsinki, con su magnífico quinto puesto, su primer año de gloria, en el que ha sido, con solo 22 años, campeón de Europa sub 23, campeón de los Juegos Mediterráneos y campeón de España absoluto. El atletismo español suspira con alivio tras la clausura de los Mundiales de Helsinki y dirige ya su mirada a los Europeos de Gotemburgo. Sin más africanos que unos pocos nacionalizados, el año próximo podrá presumir de ser una potencia media en el Viejo Continente.
Antonio Reina , que cayó en semifinales de 800; Alberto García, Jesús España y Roberto García , eliminados en series de 5.000; Julio Rey y Chema Martínez , octavo y trigésimo en el maratón; Manuel Martínez , eliminado en calificación de peso; Mario Pestano , undécimo en disco; y los marchadores Jesús Angel García Bragado y Mikel Odriozola , descalificados en 50 km., no estuvieron a la altura de su calidad en Helsinki. Entre las mujeres, Marta Domínguez, decimocuarta en 5.000; Glory Alozie, eliminada en semifinales de 100 m.vallas; Ruth Beitia y Marta Mendía , que no pasaron a la final de altura; Carlota Castrejana , undécima en triple, y especialmente Conchi Montaner , tampoco respondieron a las expectativas.
Aparte de Paquillo y Molina, María Vasco y Joan Lino Martínez , cuartos en sus respectivas pruebas, tuvieron un comportamiento irreprochable en Helsinki, metidos en la refriega por las medallas. La rigurosa ley del centímetro, que dio a Joan Lino la medalla de bronce olímpica en Atenas con un salto de 8,32 (el jamaicano James Beckford se quedó en 8,31) le expulsó del podio en Helsinki. El finlandés Tommi Evila, con 8,25, le quitó el bronce por la misma diferencia mínima. El medio fondo demostró solidez, pues metió a cuatro atletas en las finales de 1.500, pero las medallas empiezan a estar demasiado lejos. El madrileño Arturo Casado irrumpe como agua de mayo en una especialidad, el medio fondo, en peligro de estancamiento, una vez confirmado el declive del número uno, Reyes Estévez , que se hundió en la final de 1.500 después de dar la cara en las dos primeras vueltas. Casado remató en Helsinki, con su magnífico quinto puesto, su primer año de gloria, en el que ha sido, con solo 22 años, campeón de Europa sub 23, campeón de los Juegos Mediterráneos y campeón de España absoluto. El atletismo español suspira con alivio tras la clausura de los Mundiales de Helsinki y dirige ya su mirada a los Europeos de Gotemburgo. Sin más africanos que unos pocos nacionalizados, el año próximo podrá presumir de ser una potencia media en el Viejo Continente.