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El jefe de la Policía de Asturias recibe como nuevo destino la embajada de España en Portugal

Mientras que el PP ha pedido la comparecencia urgente en el Congreso del ministro Alonso ante los nuevos datos revelados sobre el 11-M, el Gobierno de Rodríguez Zapatero ha decidido cambiar de destino a uno de los máximos responsables de la Policía en el Principado de Asturias cuando se gestó la trama de los explosivos que se utilizaron en el 11-M. Según el diario El Mundo, Juan Carretero ha sido "premiado" con el cargo de responsable de seguridad de la embajada de España en Lisboa.

Mientras que el PP ha pedido la comparecencia urgente en el Congreso del ministro Alonso ante los nuevos datos revelados sobre el 11-M, el Gobierno de Rodríguez Zapatero ha decidido cambiar de destino a uno de los máximos responsables de la Policía en el Principado de Asturias cuando se gestó la trama de los explosivos que se utilizaron en el 11-M. Según el diario El Mundo, Juan Carretero ha sido "premiado" con el cargo de responsable de seguridad de la embajada de España en Lisboa.
(Libertad Digital) Según informa este domingo el diario El Mundo, el jefe superior de la Policía de Asturias, Juan Carretero será trasladado a la embajada de España en Portugal como responsable de seguridad. Aunque por el momento el nombramiento no ha sido oficial, el diario cita a fuentes muy cercanas de Carretero. Además, El Mundo señala que se trata del cuarto traslado o ascenso de uno alto cargo durante el 11-M. Carretero será reemplazado por Baldomero Araujo, su homólogo en Navarra y experto antiterrorista, según informó este sábado el diario El Comercio de Gijón. 
 
Según la investigación judicial, citada por el referido diario, Juan Carretero era el máximo responsable de la policía asturiana cuando se concretó la trama que terminó con la venta de explosivos a los terroristas que ocasionaron los terribles atentados del 11-M en Madrid. Carretero era el superior y protector de Manuel García Rodríguez, Manolón, inspector jefe de Estupefacientes de Avilés. Son los propios confidentes de éste quienes finalmente proporcionaron los explosivos a los terroristas. De hecho, uno de ellos, Suárez Trashorras, reveló durante un careo con el juez que entregó a Manolón una agenda con nombres y teléfonos de alguno de los autores materiales de los atentados del 11-M, cosa que fue rechazada por el propio inspector.
 
Pero no se trata del primer nombramiento de algún alto cargo durante los atentados del 11-M. Mariano Rayón, entonces máximo responsable de la Policía en la lucha contra el terrorismo islamista, fue enviado a la embajada de España en Roma como agregado de Interior, situación que fue calificada de "escandalosa" por el PP. Jaime Ignacio del Burgo señaló que su traslado podía deberse a que Rayón recomendó con insistencia que se investigara la relación de etarras e islamistas por las conexiones que tenían en las cárceles españolas.
 
Otro nombramiento es el de Jorge Dezcallar que fue enviado muy cerca de Rayón. El ex director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) fue designado en junio de 2004 embajador de España en la Santa Sede, apenas dos meses después de ser cesado al frente de los servicios secretos. Finalmente, el coronel Pedro Laguna, entonces máximo responsable de la Guardia Civil en Asturias, fue ascendido a general por el ministro Bono apenas tres meses después del 11-M. El propio diario El Mundo, reveló el 14 de octubre de 2004, que Laguna decidió guardar en un cajón el informe que le remitió la Unidad Central Operativa de la Benemérita el 27 de febrero del año 2003 sobre la trama de la dinamita en Asturias.
 
 
 

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