L D (Europa Press) En el acto de inicio de curso político del PP en Ribadumia (Pontevedra), Rajoy explicó ante cientos de militantes que esta cita servirá para "reafirmar principios y adelantar el futuro", por lo que el principal elemento de la agenda será analizar "qué va a ocurrir en España y en el mundo en 20 años".
El líder popular reconoció que "el mundo ha cambiado" y señaló que su partido "pensará y decidirá" ante las "nuevas realidades" como "la idea de España, los derechos de las minorías, la integración de los emigrantes y la economía en un mundo globalizado". Así, incidió en que "de todo eso hay que hablar" y destacó la "gran responsabilidad" de su partido a la hora de ofrecer alternativas a quienes lo votaron, a "los que lo pueden votar" y, en general, a toda la sociedad. No obstante, puntualizó que la convención de febrero no será "para hacer un programa electoral, que ya lo hay", sino para revisar el proyecto político y "responder" a las nuevas demandas.
Además, el presidente del PP aprovechó para hacer un repaso de las iniciativas que su partido presentará el próximo curso, entre las que reclamarán explicaciones sobre la situación del director general de la Guardia Civil, ya que "se pasó del mando único a ningún mando", o sobre la gestión de los incendios, a su juicio un "desastre". De igual modo, demandará información acerca de la intención del Ejecutivo en cuanto al modelo de Estado, sobre la financiación sanitaria o el debate educativo, "uno de los temas capitales", en el que el PP "dará la batalla por una educación de calidad, por las enseñanzas comunes, la libertad y el esfuerzo y la dedicación".
Mariano Rajoy se refirió también a la política económica y criticó que el Gobierno "presuma de cómo va", cuando el funcionamiento deriva de la "herencia y la inercia" de la situación dejada por el Ejecutivo popular. No obstante, advirtió de que "hay problemas con los precios, con el déficit exterior o con la competitividad" que precisan de reacción.
Así, advirtió de que "el talante no es cruzarse de brazos, es plantear reformas" y extendió este aviso a otras cuestiones como la gestión del agua, el debate territorial o el "fracaso" de España en el ámbito internacional, tras "entregarlo todo a dos", Francia y Alemania, de los cuales "a uno le queda poco tiempo en el Gobierno", en referencia al canciller alemán, Gerhard Schroeder.