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España vence a Holanda y aún sueña con disputar las semifinales del Europeo (1-3)

La selección española de voleibol se ha ganado el derecho a seguir soñando después de cerrar la fase preliminar del Europeo 2005 con una victoria frente a Holanda, la tercera que suma en el torneo. Tras asegurar un registro histórico -en el peor de los casos tercera de grupo y al menos sexta en el cómputo final- aguarda a que el resto de la jornada le dispare a la estación deseada: las semifinales de Roma.

La selección española de voleibol se ha ganado el derecho a seguir soñando después de cerrar la fase preliminar del Europeo 2005 con una victoria frente a Holanda, la tercera que suma en el torneo. Tras asegurar un registro histórico -en el peor de los casos tercera de grupo y al menos sexta en el cómputo final- aguarda a que el resto de la jornada le dispare a la estación deseada: las semifinales de Roma.
L D (EFE) El conjunto hispano ha alimentado a pulso sus expectativas. Ataviado por el papel de comparsa en el arranque del torneo, está a orillas de las semifinales, las primeras de su vida en un gran torneo. El feliz destino depende del devenir de la República Checa frente a Grecia y de Francia ante la anfitriona Serbia Montenegro, ya clasificada. Nunca España antes había mirado tan alto. Su mejor posición en un Campeonato de Europa fue el octavo logrado en Berlín 2003. Pero ahora ha generado una ilusión a base de victorias notables. Ante equipos que hasta hace poco solían condenar los destinos españoles. Triunfo ante Grecia, contra Francia y frente a Holanda.

Y eso que la apertura no invitó a los mejores augurios. El arranque, de tremenda igualdad, se resolvió en el tramo final del parcial primero. Y ahí Holanda llegó mejor, con una renta considerable (21-17), después de neutralizar el dominio del principio de España, que transitó con ventajas de un par de tantos. Cambió radicalmente la situación en la reanudación y España se metió en faena. Aseguró la defensa y el bloqueo y la recepción empezaron a funcionar. También Guillermo Falasca, básico en ataque, que llevaron al cuadro de Óscar Novillo a tomar un dominio serio (3-7 y 9-16). Israel Rodríguez se sumó a la contribución ofensiva y el cuadro hispano abrió el partido y sus expectativas.

España mantuvo el crecimiento sobre la pista en el tercer parcial. Ya asumido y centrado en el compromiso, conservó la compostura encauzada por Miguel Angel Falasca en la dirección. El surtidor hispano atinó con los destinos. A lo que se añadió la cooperación de los centrales en el bloqueo -Jose Luis Moltó y Julián García Torres- y la inestabilidad holandesa. Especialmente en el servicio, donde dejó escapar un buen puñado de puntos.

El partido estaba en la mano. Y su consolidación definitiva coincidió con la determinación de Rafael Pascual. En su partido 500 como internacional intensificó su esfuerzo. Tres manotazos seguidos distanciaron pronto al equipo de Holanda (3-6, 5-8 y 9-14). El madrileño tiene la gasolina justa para participar en el empuje del grupo. Y con él España se ganó el derecho a seguir soñando.

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