(Libertad Digital) Todos los datos apuntan a que Francisco Quintana, de 38 años, fue víctima de un asesinato y no de un mero atropello. Su cadáver no tiene lesiones propias de un atropellamiento, según informa hoy el diario El País de fuentes de la benemérita. En cualquier caso debieron de participar varias personas, ya que es difícil para una sola desnudarlo, quemarlo y trasladarlo (a unos 15 kilómetros de donde hacía deporte habitualmente). Además es posible que los autores conocieran la zona, ya que el cuerpo fuie abandonado en un lugar poco transitado.
La Guardia Civil contaba con evidencias de que el cuerpo pertenecía al ciclista desaparecido gracias a la radiografía dental y a muestras de ADN, que otrorgaba un grado de fiabilidad del 98 por ciento. Cuando la regeneración de uno de los dedos índices de la víctima facilitó su identificación con una seguridad del 100 por ciento. Los autores del presunto asesinato intentaron desfigurar su cara y quemar sus manos con 2 litros de gasolina, cantidad insuficiente para lograr sus propósitos. Ello ha llevado a pensar a la Guardia Civil que los autores no son "profesionales". Los investigadores, según ha revelado ABC, creen que el ciclista fue quemado en la misma zona en que se encontró su cuerpo.
Ni atropello ni robo
La Guardia Civil no cree que sea un atropello. Pero por otro lado, no hay una hipótesis clara en torno a los móviles del asesinato. El robo parece descartado, ya que tenía poco más que el movil. Por ese motivo los investigadores están realizando pesquisas en el entorno familiar y social de Francisco Quintana, si bien todos consideraban que llevaba una vida normal y ordenada. Se han intervenido los discos duros de los ordenadores con que trabajaba como informático, en una compañía de Las Rozas.
Este caso ha recordado el hallazgo de el cadáver de un constructor de Getafe en la misma zona, el pasado 1 de agosto. No obstante la Guardia Civil no encuentra relación entre ambas muertes. El empresario, afincado en La Moraleja, había sacado dinero poco antes de se le perdiera la pista, por lo que la hipótesis más probable es la del robo, prácticamente descartada en el caso del ciclista de Tres Cantos.