L D (Europa Press) La noche del pasado lunes el embajador alemán en Cuba invitó a líderes opositores a una de las recepciones organizadas en su Embajada de La Habana con motivo de la fiesta nacional que conmemora la reunificación alemana. El pasado julio, Francia invitó a los opositores un día antes que a los representantes de la dictadura castrista para celebrar el 14 de Julio.
Según informó este miércoles el portavoz de Cooperación, Amadeu Altafaj, desde el pasado junio "hay total libertad para que cada país haga lo que considere oportuno", en referencia a la decisión de los Veinticinco de ratificar la suspensión de las sanciones diplomáticas adoptadas en 2003 contra la dictadura de Fidel Castro para protestar por el encarcelamiento de 75 opositores. Altafaj apuntó que, entonces, lo que se hizo fue discutir la política de invitaciones a los representantes del régimen totalitario cubano, pero también de la disidencia dejando libertad. La Comisión comenzó por ello una serie de contactos con la oposición, en una política de no provocación, sino de reuniones útiles con todos los sectores de la sociedad civil, explicó.
No obstante, el portavoz del Ejecutivo comunitario reconoció que ya en junio había cierto descontento por parte de algunos países, que consideraban importantes estas invitaciones. "Para nosotros, esto no va a cambiar la situación política y cada país tiene libertad", añadió.
Por su parte, fuentes del Consejo de ministros de la UE apuntaron que existen diferentes interpretaciones del texto aprobado en junio pasado por los Veinticinco. No obstante, añadieron que, en caso de que hubiera violación de una Posición Común del Consejo en temas de política exterior, no se prevén represalias contra el país infractor y lo único que puede producirse es una protesta formal de alguno de los ministros a sus homólogos.
El embajador alemán en La Habana, Ulrich Lunscken, organizó dos recepciones: una oficial al mediodía, a la que estaban invitados autoridades y diplomáticos del régimen castrista, y una "velada alemana" para la sociedad civil, a la que fue convocada la disidencia. Sin embargo, el hecho provocó críticas tanto por parte de la dictadura cubana, que decidió no asistir, como por la disidencia, que arremetió contra el hecho de que se les pusiera en el mismo rango.