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Washington estudia la "Alianza de civilizaciones" de Zapatero para "tratar de entenderla" y ver si puede "contribuir"

El Gobierno estadounidense está "estudiando" la idea lanzada por el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, de una "Alianza de civilizaciones" para "tratar de entenderla en profundidad" y así ver si puede "contribuir a esa idea", según dijo este lunes el embajador estadounidense en Madrid, Eduardo Aguirre. En cuanto al "diálogo crítico" con Cuba propugnado por Zapatero, Aguirre cree "increíble" que la "tiranía del comunismo aún impere" en la isla caribeña, país en donde nació el embajador.

El Gobierno estadounidense está "estudiando" la idea lanzada por el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, de una "Alianza de civilizaciones" para "tratar de entenderla en profundidad" y así ver si puede "contribuir a esa idea", según dijo este lunes el embajador estadounidense en Madrid, Eduardo Aguirre. En cuanto al "diálogo crítico" con Cuba propugnado por Zapatero, Aguirre cree "increíble" que la "tiranía del comunismo aún impere" en la isla caribeña, país en donde nació el embajador.
L D (Europa Press) La administración del presidente George Bush está analizando además si la iniciativa de José Luis Rodríguez Zapatero "se complementa" con otras, como el "Gran Oriente Medio" lanzado por el G-8 o el "Proceso de Barcelona" de relaciones euromediterráneas, en el que España representa también un papel fundamental. El embajador Eduardo Aguirre, que participó en un almuerzo de bienvenida ofrecida por la Cámara de Comercio Americana en España y Promomadrid, interpretó que la propuesta de Zapatero parte de la idea de que "el mundo es muy complejo" y es necesario trabajar en muchos ámbitos.
 
La "Alianza de civilizaciones" será uno de los ejes de la participación de Zapatero en la Asamblea General de la ONU, que comienza el miércoles catorce de septiembre. Fue en este mismo foro donde el jefe del Ejecutivo lanzó su idea hace un año. Durante su intervención, el embajador estadounidense admitió que respecto a la relación entre los dos gobiernos "se ha dicho mucho más sobre las diferencias que sobre los puntos en común", cuando en realidad "existen diferentes niveles de cooperación" en muchos ámbitos. "Compartimos una relación suficientemente madura para aceptar que no siempre estaremos de acuerdo en todo", apostilló.
 
El caso de Cuba
 
Así, en el caso de Cuba, país con el que el Gobierno español propugna un "diálogo crítico", señaló que la política estadounidense hacia la isla está enfocada "al futuro de Cuba, no al pasado ni al presente", porque "Cuba lamentablemente está atascada en el 1950, no ha entrado en el siglo XXI". A su juicio, es "increíble" que la "tiranía del comunismo aún impere en Cuba". Aguirre, que nació y vivió en Cuba hasta los quince años, se ha pronunciado en otras ocasiones a favor de apoyar a los disidentes. España y Estados Unidos, destacó, "ven a Cuba con un mismo objetivo" pero "quizá no con la misma estrategia". "Yo estoy dispuesto a negociar con el Gobierno español en nombre del Gobierno estadounidense para ver si podemos encontrar una coyuntura para trabajar por una Cuba en democracia en el futuro", agregó.
 
El embajador aplaudió la contribución española a la estabilización de Afganistán y tuvo palabras de condolencia por la muerte de 17 soldados españoles al estrellarse su helicóptero en este país. Dijo también que Washington "pondera" el papel de España en la formación de funcionarios iraquíes, así como el tratamiento de los niños que resultaron heridos en la trágica estampida donde murieron novecientas personas en Bagdad.

Aguirre señaló que el terrorismo "se puede combatir de muchas maneras" y que es necesaria la colaboración de las agencias policiales y de inteligencia, pero "en ocasiones es posible que no haya alternativa al uso de la fuerza militar".  También, añadió, es necesario resolver situaciones injustas y conflictos como el de Oriente Medio que los terroristas saben "explotar cínicamente" para sus fines. La guerra contra el terrorismo, dijo, no es una "guerra entre religiones", sino "de los pueblos libres de todo el mundo contra unos individuos fundamentalistas". El diplomático pidió disculpas por las molestias que la guerra contra el terrorismo puede causar a los viajeros que desean entrar en EEUU, dado que se han reforzado los controles, señalando que los terroristas pueden incluso falsificar pasaportes diplomáticos.

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