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Ricky Rubio establece un nuevo récord al debutar en la ACB con catorce años

Ricard Rubio, base del DKV Joventut, ha establecido un récord histórico al haber sido el jugador más joven en debutar en un partido de la ACB, el disputado por su equipo en Granada, con 14 años, once meses y 24 días. La anterior marca la tenía Ángel Rebolo, que debutó con el Breogán ante el Pamesa un 29 de septiembre de 1990, cuando tenía 15 años, tres meses y siete días.

Ricard Rubio, base del DKV Joventut, ha establecido un récord histórico al haber sido el jugador más joven en debutar en un partido de la ACB, el disputado por su equipo en Granada, con 14 años, once meses y 24 días. La anterior marca la tenía Ángel Rebolo, que debutó con el Breogán ante el Pamesa un 29 de septiembre de 1990, cuando tenía 15 años, tres meses y siete días.
L D (EFE) Esta misma pretemporada, en concreto el pasado 4 de septiembre, Ricard (aunque todo el mundo le conoce como Ricky) Rubio se convirtió en el jugador más joven en debutar con la camiseta del primer equipo de la Penya en un amistoso que enfrentó al DKV de Aíto García Reneses con el CB Tarragona en Andorra. Curiosamente, Ricky arrebató este récord a su propio hermano, Marc (nacido el 22 de febrero del 1988), que el pasado 13 de febrero ya debutó con el DKV en Bilbao, ocho días antes de cumplir los 16 años.

Si cuando un deportista debuta muy joven en un equipo profesionales habla de ascenso meteórico, nunca mejor ha podido definir un adjetivo la carrera de Ricky Rubio. En la página web de la Penya todavía puede consultarse las plantillas de la cantera verdinegra. Ricky aparece en el equipo infantil en la temporada 2003-2004. Es decir, en dos años, ha pasado de la categoría infantil al primer equipo. Nacido el 21 de octubre del 90, Ricky Rubio es un superdotado para jugar al baloncesto. Actualmente mide 1,90 metros, aunque con su edad es previsible que siga creciendo (hace dos años medía 1,79 metros) y tiene unos brazos larguísimos.

Juega de base siguiendo el ejemplo de la inagotable cantera badalonesa, ciudad que ha dado bases como Raúl López (Akasvayu), Iván Corrales (Fórum), Albert Oliver (Ricoh Manresa), Ferrán López (Fuenlabrada), Salva Camps (Menorca) y Roger Grimau (Barcelona), por citar sólo los jugadores que siguen en activo en la ACB. Quienes mejor le conocen definen a Ricky Rubio como un "base de fantasía", de aquellos que les gusta hacer jugar al equipo y que prefieren una asistencia imposible a un compañero para que anote que jugarse un tiro él mismo. Aunque en las categorías inferiores también ha demostrado que cuando le toca asumir la responsabilidad no se esconde y tiene buena mano.

Rubio formaba parte del equipo infantil del Joventut que no perdió un partido durante más de tres años y en el que Ricky superaba cómodamente los 30 de valoración en cada partido. Su entrenador en estos últimos años, Marc Calderón, considera que "tiene todo para triunfar, sobre todo actitud". Además de las diferentes internacionalidades, a Ricky le quedará el mérito de haber sido designado MVP (jugador más valioso) de la primera Mini Copa del Rey que se disputó en mayo del 2004 en Sevilla.

Vive en El Masnou (localidad ubicada a menos de 10 kilómetros al norte de Badalona) y estudia cuarto de la ESO en el colegio Badalonés de Badalona, aunque cada vez tiene más dificultades para compatibilizar estudios y entrenamientos, especialmente, el último mes, durante el que ha realizado toda la pretemporada a las órdenes de Aíto García Reneses. El técnico madrileño está encantado con Ricky, no en vano decidió que viajara a Granada y no lo hiciesen, por ejemplo, otros jóvenes como Pau Ribas o su hermano Marc Rubio, quienes también han hecho la pretemporada verdinegra. A Aíto no le tiembla la mano a la hora de dar minutos a los jóvenes y considera que compartir vestuario con el primer equipo "ayudará a Ricky a madurar, aunque lo importante será cuando vuelva al equipo júnior que quiera seguir mejorando día a día".

De Ricky destacan también su carácter ganador, al que ha contribuido, sin duda, la sana rivalidad y competencia que mantiene con su hermano Marc. Han pasado muchas horas juntos disputando uno contra uno y eso ha servido a Ricky a mejorar día a día para tratar de batir a su hermano mayor. Ahora sólo hace falta que, como a todos estos jugadores jóvenes, no se le suban los humos a la cabeza y que su entorno familiar y de amistades le ayude a seguir con los pies en el suelo y con ganas de seguir aprendiendo. Aunque no será fácil conseguirlo, los que le conocen aseguran que Ricky tiene la cabeza "muy bien amueblada". En definitiva, Ricky Rubio es toda una joya, la nueva joya de la cantera verdinegra. Un jugador que puede marcar una época en el baloncesto español.

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