L D (EFE) "Tengo una espina clavada con Madrid. Un torneo que me gusta mucho y en el que nunca hasta ahora he podido hacer un buen papel. No lo hice bien en las dos ocasiones anteriores que estuve. Lo hecho hasta ahora ya supera lo de las otras veces. Por eso estoy contento. Ojalá esté en la final. Sería muy bonito para mí", reconoció el tenista mallorquín. Dadas sus limitaciones físicas, Nadal aclaró que su aspiración es "ganar el partido de mañana" y volvió a agradecer el apoyo del público de Madrid.
"El público es importantísimo. Gracias a ellos tomé la decisión de jugar. Si hubiera sido otro torneo no hubiera jugado. Esta es mi casa. Hoy he sentido un poco más su ánimo porque el partido estaba más caliente y el rival no era un jugador español", añadió Nadal, que bromeó acerca de las 'milagrosas' cintas negras que protegen sus rodillas. "Vienen de Lourdes y están tocadas por algo divina" y explicó, más en serio, que tratan de "sujetar el tendón rotuliano y aliviar el dolor. No curan nada, pero alivian bastante", explicó el español, que reconoció las dificultades que entrañó el choque contra Stepanek.
"Es un jugador muy incómodo. Subía siempre a la red con un gran saque y tenía que aguantar bien. He tenido jugar un buen partido desde el fondo de la pista con ritmo. Y he aguantado bien de la forma que he podido. Pero ahora estoy muy contento de estar en las semifinales de Madrid, que es mi casa", insistió. "Lo pasé mal porque me veía con el set ganado cuando tuve 6-2 en el 'tie brek'. Luego lo vi perdido cuando se puso 7-6 más su saque. Aunque le he ganado siempre es un tenista incómodo. Sólo le he ganado con claridad en tierra. En este tipo de superficie es muy difícil", asumió Nadal, que puede ganar en Madrid su primer título en pista cubierta si supera a Robby Ginepri, adversario en semifinal y después se impone en la final del domingo.
"No he jugado nunca contra Ginepri pero es uno de los tenistas más en forma del circuito. Semifinalista en el Abierto de Estados Unidos y Cincinnatti y ganador en New Haven. Eso dice mucho. Tengo que jugar igual o mejor que hoy para ganarle", asumió Nadal.
"El público es importantísimo. Gracias a ellos tomé la decisión de jugar. Si hubiera sido otro torneo no hubiera jugado. Esta es mi casa. Hoy he sentido un poco más su ánimo porque el partido estaba más caliente y el rival no era un jugador español", añadió Nadal, que bromeó acerca de las 'milagrosas' cintas negras que protegen sus rodillas. "Vienen de Lourdes y están tocadas por algo divina" y explicó, más en serio, que tratan de "sujetar el tendón rotuliano y aliviar el dolor. No curan nada, pero alivian bastante", explicó el español, que reconoció las dificultades que entrañó el choque contra Stepanek.
"Es un jugador muy incómodo. Subía siempre a la red con un gran saque y tenía que aguantar bien. He tenido jugar un buen partido desde el fondo de la pista con ritmo. Y he aguantado bien de la forma que he podido. Pero ahora estoy muy contento de estar en las semifinales de Madrid, que es mi casa", insistió. "Lo pasé mal porque me veía con el set ganado cuando tuve 6-2 en el 'tie brek'. Luego lo vi perdido cuando se puso 7-6 más su saque. Aunque le he ganado siempre es un tenista incómodo. Sólo le he ganado con claridad en tierra. En este tipo de superficie es muy difícil", asumió Nadal, que puede ganar en Madrid su primer título en pista cubierta si supera a Robby Ginepri, adversario en semifinal y después se impone en la final del domingo.
"No he jugado nunca contra Ginepri pero es uno de los tenistas más en forma del circuito. Semifinalista en el Abierto de Estados Unidos y Cincinnatti y ganador en New Haven. Eso dice mucho. Tengo que jugar igual o mejor que hoy para ganarle", asumió Nadal.