L D (EFE) El pulso español del estreno europeo no ha defraudado a nadie. Entre Real Madrid y Unicaja existen muchas afinidades. El serbio Bozidar Maljkovic fue entrenador de los malagueños; el italiano Sergio Scariolo de los blancos; el francés Moustapha Sonko y el estadounidense Louis Bullock integrantes de la plantilla andaluza y, sobre todo, los dos equipos comparten la aspiración de dejar huella en Europa.
Las cinco jornadas de Liga ACB que se han disputado a toda prisa en las últimas semanas y la apertura de la Euroliga han terminado definitivamente con las medias tintas. El Madrid está empezando a coger la onda y el Unicaja, pese a la ausencia del croata Sandro Nicevic, también. Y ambos querían ganar a toda costa. Los madridistas porque los partidos en casa son vitales para llegar lejos en esta competición continental. Los malagueños porque en sus cinco anteriores participaciones siempre habían perdido el primer partido del curso.
Por eso, Madrid y Unicaja se lanzaron a por todas desde el salto inicial. El equipo de Scariolo abrió el choque a pecho descubierto con Jorge Garbajosa plantado en el arco de triples. Dos a cargo del internacional español adelantaron un primer cuarto pleno de intensidad y de acierto exterior porque los blancos tampoco se quedaron atrás. El envite terminó con un ajustado 23-24 y en los diez siguientes minutos tampoco hubo tregua. La diferencia creció en las manos de Igor Rakocevic en un acelerón del equipo de Maljkovic (43-36, m.17) que, de nuevo, volvió a desembocar en un parcial abierto para los dos contendientes (47-44, m.20).
En la Euroliga no hay concesiones. Felipe Reyes pagó los triples iniciales de Garbajosa con la sustitución cuando sólo se habían disputado 1:38 minutos. Pues el pívot cajista insistió. Volvió a la línea nada más arrancar el tercer tramo y colocó por delante a los suyos (47-49). El equipo malagueño había regresado más despierto del vestuario que, además, se encontró con la cuarta falta de Rakocevic a los 23 minutos. Sin embargo, más allá de encontrar problemas para vigilar a Marcus Brown, misión que le cayó de inmediato a Marco Tomas, la cruz del Madrid estaba en la inteligencia andaluza para dar batalla en el rebote. Pese a eso, la puntería en la larga distancia mantenía a los blancos al frente del marcador. Un par de triples a cargo de Gelabale y de Axel Hervelle forzaron el tiempo muerto de Scariolo, pero la andanada madridista iba en serio.
El Unicaja salió muy tocado del tercer cuarto. En un momento perdió la estela de los blancos con un importante atranco ofensivo y las cosas se le pusieron muy cuesta arriba (72-59, m.30). Tanto, que con poco más de un minuto jugado en el último corte, Gelabale le puso una losa de 16 puntos encima (77-61). Los malagueños ya no salieron a flote. El Madrid, muy compacto en defensa y con muchas bazas de ataque abiertas, no le dio opción. Los últimos cinco minutos cambiaron la decoración. El Unicaja entendió que, de nuevo, iba a acabar la primera jornada europea derrotado (86-68, m.36) y los madridistas que podían darse un pequeño respiro. Su trabajo había sido un éxito.
Las cinco jornadas de Liga ACB que se han disputado a toda prisa en las últimas semanas y la apertura de la Euroliga han terminado definitivamente con las medias tintas. El Madrid está empezando a coger la onda y el Unicaja, pese a la ausencia del croata Sandro Nicevic, también. Y ambos querían ganar a toda costa. Los madridistas porque los partidos en casa son vitales para llegar lejos en esta competición continental. Los malagueños porque en sus cinco anteriores participaciones siempre habían perdido el primer partido del curso.
Por eso, Madrid y Unicaja se lanzaron a por todas desde el salto inicial. El equipo de Scariolo abrió el choque a pecho descubierto con Jorge Garbajosa plantado en el arco de triples. Dos a cargo del internacional español adelantaron un primer cuarto pleno de intensidad y de acierto exterior porque los blancos tampoco se quedaron atrás. El envite terminó con un ajustado 23-24 y en los diez siguientes minutos tampoco hubo tregua. La diferencia creció en las manos de Igor Rakocevic en un acelerón del equipo de Maljkovic (43-36, m.17) que, de nuevo, volvió a desembocar en un parcial abierto para los dos contendientes (47-44, m.20).
En la Euroliga no hay concesiones. Felipe Reyes pagó los triples iniciales de Garbajosa con la sustitución cuando sólo se habían disputado 1:38 minutos. Pues el pívot cajista insistió. Volvió a la línea nada más arrancar el tercer tramo y colocó por delante a los suyos (47-49). El equipo malagueño había regresado más despierto del vestuario que, además, se encontró con la cuarta falta de Rakocevic a los 23 minutos. Sin embargo, más allá de encontrar problemas para vigilar a Marcus Brown, misión que le cayó de inmediato a Marco Tomas, la cruz del Madrid estaba en la inteligencia andaluza para dar batalla en el rebote. Pese a eso, la puntería en la larga distancia mantenía a los blancos al frente del marcador. Un par de triples a cargo de Gelabale y de Axel Hervelle forzaron el tiempo muerto de Scariolo, pero la andanada madridista iba en serio.
El Unicaja salió muy tocado del tercer cuarto. En un momento perdió la estela de los blancos con un importante atranco ofensivo y las cosas se le pusieron muy cuesta arriba (72-59, m.30). Tanto, que con poco más de un minuto jugado en el último corte, Gelabale le puso una losa de 16 puntos encima (77-61). Los malagueños ya no salieron a flote. El Madrid, muy compacto en defensa y con muchas bazas de ataque abiertas, no le dio opción. Los últimos cinco minutos cambiaron la decoración. El Unicaja entendió que, de nuevo, iba a acabar la primera jornada europea derrotado (86-68, m.36) y los madridistas que podían darse un pequeño respiro. Su trabajo había sido un éxito.