L D (EFE) En una entrevista en el programa "Els Matins" de TV3, Bargalló ha señalado que "hay alguna gente que no ha jugado limpio en la película del boicot. El señor Bonet de Freixenet participó en un acto mediático-teatral con Rajoy de conversión del cava catalán en cava español". "Ahora resultará que este cava que de la mano de Bonet y Rajoy se convirtió en español sufre también boicot español", ha ironizado Bargalló. Bonet fue uno de los empresarios que firmaron un manifiesto a favor del Estatuto, "Volem un nou Estatut".
El consejero no han mencionado directamente a Freixenet, pero sí a su presidente, Josep Bonet, que además contó con el apoyo del tripartito para ser presidente de Fira de Barcelona. Josep Bargalló censuraba así la participación de Bonet en un acto el pasado 27 de octubre del presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, que lanzó desde Sant Sadurní d'Anoia (Barcelona) un claro mensaje en contra del posible boicot que puedan padecer los productos catalanes, especialmente el cava, como consecuencia de la reforma del Estatuto y donde afirmó que tanto el cava como los productos que se producen en Cataluña "son tan españoles" como el vino de la Rioja o el turrón de Alicante.
Bargalló se ha preguntado por qué "no se ha oído nunca que haya un boicot contra los productos vascos. Ahora resultará que la vía pacífica y la del debate es la mala". Para el consejero, "detrás del último boicot a productos catalanes también hay intereses económicos de gente muy concreta, que quiere que se compre determinado producto y no otro". "El mundo del cava también sabe que los boicot sólo triunfan si acaban produciendo el efecto que se desea. Si dijésemos: 'retiramos el Estatut para parar el boicot', el boicot acabaría para toda la vida", ha afirmado Bargalló.
Bargalló es miembro de ERC, el partido presidido por Josep Lluís Carod Rovira, quien fue el que desató el primer boicot al cava cuando hace más de un año se mostró contrario a que Madrid ganase la candidatura para las Olimpiadas de 2012.
Posteriormente, la presentación del Estatuto ha provocado un nuevo boicot al cava, que se teme que tenga mayores efectos sobre el sector porque se ha lanzado con mayor antelación, si bien ayer los responsables de Freixenet advirtieron que no desvelarían sus efectos hasta terminada la campaña de Navidad, que concentra el 50% de las ventas del año.
El consejero no han mencionado directamente a Freixenet, pero sí a su presidente, Josep Bonet, que además contó con el apoyo del tripartito para ser presidente de Fira de Barcelona. Josep Bargalló censuraba así la participación de Bonet en un acto el pasado 27 de octubre del presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, que lanzó desde Sant Sadurní d'Anoia (Barcelona) un claro mensaje en contra del posible boicot que puedan padecer los productos catalanes, especialmente el cava, como consecuencia de la reforma del Estatuto y donde afirmó que tanto el cava como los productos que se producen en Cataluña "son tan españoles" como el vino de la Rioja o el turrón de Alicante.
Bargalló se ha preguntado por qué "no se ha oído nunca que haya un boicot contra los productos vascos. Ahora resultará que la vía pacífica y la del debate es la mala". Para el consejero, "detrás del último boicot a productos catalanes también hay intereses económicos de gente muy concreta, que quiere que se compre determinado producto y no otro". "El mundo del cava también sabe que los boicot sólo triunfan si acaban produciendo el efecto que se desea. Si dijésemos: 'retiramos el Estatut para parar el boicot', el boicot acabaría para toda la vida", ha afirmado Bargalló.
Bargalló es miembro de ERC, el partido presidido por Josep Lluís Carod Rovira, quien fue el que desató el primer boicot al cava cuando hace más de un año se mostró contrario a que Madrid ganase la candidatura para las Olimpiadas de 2012.
Posteriormente, la presentación del Estatuto ha provocado un nuevo boicot al cava, que se teme que tenga mayores efectos sobre el sector porque se ha lanzado con mayor antelación, si bien ayer los responsables de Freixenet advirtieron que no desvelarían sus efectos hasta terminada la campaña de Navidad, que concentra el 50% de las ventas del año.