L D (EFE) Así se pronunció Imbroda en un almuerzo-coloquio organizado por el Club Siglo XXI en referencia a la llegada masiva de inmigrantes subsaharianos al vallado fronterizo de Ceuta y de Melilla durante el pasado mes de octubre. Al evento, convocado para debatir sobre inmigración subsahariana, estaba previsto que acudiera el embajador marroquí en España, Omar Azziman, pero no asistió finalmente al alegar, según constaba en una carta que remitió a la organización, que le resultaba "imposible".
Imbroda se refirió a este hecho de la siguiente forma: "El embajador no ha venido hoy porque hablamos de Melilla y de España". En otro momento de su intervención subrayó que siempre conservó "la duda" de si asistiría o no Azziman y que incluso se planteó, dijo, que "no le iban a dejar".
Por ello, una vez leyó la carta remitida por la Embajada de Marruecos en España el moderador del debate, e integrante del Club Siglo XXI, Ramos Perera, el presidente melillense consideró "torpe" la decisión de Azziman por cuanto, añadió, "no conduce a nada, sólo a una separación profunda". Perera explicó que el coloquio se había fijado en un principio el pasado día 3, aunque entonces no se celebró porque el embajador marroquí aseguró, según sus palabras, que la fecha coincidía con el fin del periodo del Ramadán.
La llegada de inmigrantes a Ceuta y Melilla durante el pasado mes de octubre ocupó gran parte de la intervención de Imbroda, quien criticó al Gobierno por la forma en que llevó a cabo la devolución de los subsaharianos que llegaron a cruzar la frontera. Dijo que la vicepresidenta primera del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega, tuvo "poca precaución" al anunciar durante su visita a los centros de acogida de inmigrantes en Melilla que se iba a proceder a una devolución, la cual, apuntó Imbroda, obedecía a un "efecto mediático".
Para el presidente melillense, "sólo hubo una devolución" y matizó que ésta "se hizo de mala manera". "Fue una chapuza en todos los sentidos", concluyó. También opinó, respecto a la gestión que el Gobierno marroquí hizo del asunto, que "había que pedirle que asumiera su papel y que cortara la avalancha" porque, a su juicio, "en cuanto Marruecos quisiera cortarla, se cortaría, y así fue".
En este sentido, y tras declarar que no es "antimarroquí", Imbroda abogó por establecer con el país vecino "una política de amistad" basada en la "lealtad mutua" y en la apertura de cauces de cooperación políticos y económicos que permitan a Marruecos incorporarse al "barco de la Unión Europea". En relación con el informe de El Defensor del Pueblo, según el cual la asistencia letrada de los abogados melillenses a los inmigrantes resultó "prácticamente nula y sin garantías", Imbroda censuró esta conclusión y consideró que tales críticas no son "de recibo".
Señaló que el Colegio de Abogados de Melilla solicitó en su momento al Ministerio de Justicia un refuerzo del número de letrados que debían atender a los inmigrantes, lo que, según indicó, no tuvo respuesta afirmativa. Pese a estas "avalanchas", el presidente de Melilla recalcó que en la Ciudad Autónoma "la solidaridad es total". "Es gente que viene a vivir en un mundo mejor", apostilló.
Además, mencionó algunas informaciones que predicen que dentro de unos años habrá más población musulmana que cristiana para asegurar que, sea cual fuere el porcentaje de población de uno y otro credo, "no debe pasar nada y la gente vivirá en paz". Asimismo, y tras recalcar que los centros de acogida en Melilla se encuentran "al borde del colapso", se refirió a la situación de los menores marroquíes que, en su opinión, Marruecos "no quiere readmitir a pesar de que sabe que son suyos".
Imbroda se refirió a este hecho de la siguiente forma: "El embajador no ha venido hoy porque hablamos de Melilla y de España". En otro momento de su intervención subrayó que siempre conservó "la duda" de si asistiría o no Azziman y que incluso se planteó, dijo, que "no le iban a dejar".
Por ello, una vez leyó la carta remitida por la Embajada de Marruecos en España el moderador del debate, e integrante del Club Siglo XXI, Ramos Perera, el presidente melillense consideró "torpe" la decisión de Azziman por cuanto, añadió, "no conduce a nada, sólo a una separación profunda". Perera explicó que el coloquio se había fijado en un principio el pasado día 3, aunque entonces no se celebró porque el embajador marroquí aseguró, según sus palabras, que la fecha coincidía con el fin del periodo del Ramadán.
La llegada de inmigrantes a Ceuta y Melilla durante el pasado mes de octubre ocupó gran parte de la intervención de Imbroda, quien criticó al Gobierno por la forma en que llevó a cabo la devolución de los subsaharianos que llegaron a cruzar la frontera. Dijo que la vicepresidenta primera del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega, tuvo "poca precaución" al anunciar durante su visita a los centros de acogida de inmigrantes en Melilla que se iba a proceder a una devolución, la cual, apuntó Imbroda, obedecía a un "efecto mediático".
Para el presidente melillense, "sólo hubo una devolución" y matizó que ésta "se hizo de mala manera". "Fue una chapuza en todos los sentidos", concluyó. También opinó, respecto a la gestión que el Gobierno marroquí hizo del asunto, que "había que pedirle que asumiera su papel y que cortara la avalancha" porque, a su juicio, "en cuanto Marruecos quisiera cortarla, se cortaría, y así fue".
En este sentido, y tras declarar que no es "antimarroquí", Imbroda abogó por establecer con el país vecino "una política de amistad" basada en la "lealtad mutua" y en la apertura de cauces de cooperación políticos y económicos que permitan a Marruecos incorporarse al "barco de la Unión Europea". En relación con el informe de El Defensor del Pueblo, según el cual la asistencia letrada de los abogados melillenses a los inmigrantes resultó "prácticamente nula y sin garantías", Imbroda censuró esta conclusión y consideró que tales críticas no son "de recibo".
Señaló que el Colegio de Abogados de Melilla solicitó en su momento al Ministerio de Justicia un refuerzo del número de letrados que debían atender a los inmigrantes, lo que, según indicó, no tuvo respuesta afirmativa. Pese a estas "avalanchas", el presidente de Melilla recalcó que en la Ciudad Autónoma "la solidaridad es total". "Es gente que viene a vivir en un mundo mejor", apostilló.
Además, mencionó algunas informaciones que predicen que dentro de unos años habrá más población musulmana que cristiana para asegurar que, sea cual fuere el porcentaje de población de uno y otro credo, "no debe pasar nada y la gente vivirá en paz". Asimismo, y tras recalcar que los centros de acogida en Melilla se encuentran "al borde del colapso", se refirió a la situación de los menores marroquíes que, en su opinión, Marruecos "no quiere readmitir a pesar de que sabe que son suyos".