El Villarreal vence con sufrimiento al Lille y pasa a octavos como primero de grupo (1-0)

(Libertad Digital) Con los deberes prácticamente hechos y a falta de la reválida, al Villarreal le bastaba el empate para pasar a la siguiente ronda, pero quería ganar y entrar a lo grande en octavos. Al Lille sólo le valía la victoria para no estar pendiente del otro resultado y desde el primer momento dejó claras sus intenciones. Ya a los treinta segundos de juego, un disparo de Dumont dio el susto en El Madrigal, y aunque la posesión en los instantes iniciales era de los locales, los franceses daban mayor sensación de peligro pese a que la defensa amarilla supo neutralizar sus continuos ataques, que apenas inquietaban a Viera. El equipo de Manuel Pellegrini tenía problemas para sacar el balón por la presión de los franceses y su juego, demasiado concentrado en el centro del campo y muy horizontal, echaba de menos el juego por las bandas y la inspiración y organización de Riquelme.

 

Forlán, que regresaba al equipo tras casi un mes de baja por una rotura fibrilar, protagonizó a los 26 minutos el primer disparo del Villarreal entre los tres palos tras una jugada individual, pero su remate que fue detenido por Sylva. El Lille insistía, robaba balones y buscaba la contra. Sus jugadores llegaban al área y trataban de ver puerta desde cualquier posición y disparaban sin pensarlo en busca del gol que les diera su clasificación pero no estaban acertados. Mientras, el Villarreal, que vio cómo Juan Pablo Sorín se retiraba lesionado a nueve minutos para el descanso -le sustituyó Héctor Font-, estaba lejos de mostrar su buen fútbol y con muchas pérdidas de balón y apenas prodigado en ataque, veía cómo lo mejor del partido era el resultado. Un disparo de Odemwingie para los franceses y, en la siguiente jugada, otro de Héctor Font para los locales, pudieron servir para que no se llegara al descanso con la igualada inicial, aunque ambos se marcharon por poco y el marcador no se movió.

La reanudación mostró un encuentro más activo e intenso. El balón iba de un área a otra sin apenas descanso aunque ninguno de los dos equipos encontraba el camino del gol. Consciente de lo que se jugaban y de que su equipo no mostraba su mejor imagen, con dificultad para sacar el balón y llegar al área rival, Pellegrini no paraba de dar órdenes desde la banda. José Mari no pudo rematar un buen centro de Forlán y, en el córner posterior, Josico peinó y el balón muerto no encontró rematador. Instantes después, Senna mandó desviado un pase del delantero andaluz. Eran las mejores ocasiones del Villarreal.

Pero el Lille era el que controlaba el partido y sólo le faltaba el gol. El equipo de Claude Paul estaba bien asentado en el terreno de juego tanto en defensa como en el centro del campo, aunque dejaba patente sus carencias ofensivas cada vez que se acercaba al área defendida por Viera. Cuando parecía que las cosas estaban más complicadas para el equipo local, Héctor Font metió un centro medido para Guayre, que había sustituido a José Mari, y el canario ganó la espalda de la defensa, dejó sentado al meta francés y anotó el tanto que llevó el delirio a la grada. El gol animó a los locales, que comenzaron a llegar con más peligro, pero también al Lille. Primero Mirallas, que obligó a lucirse a Viera y luego Tafforeau, de remate de cabeza, buscaron el empate. Luego Dumont estrelló un balón a la escuadra.