L D (EFE) Las autoridades sirias "aterrorizaron a Mehlis y lo obligaron a irse. Además, han amenazado al comandante en jefe del Ejército libanés, Michel Suleimán, por cerrar el paso militar libre en la frontera sirio-libanesa", indicó.
También puso nombre propio a la amenazas al citar a "Asef Chawkat, cuñado del (presidente sirio) Bachar al Asad". Yumblat, que el pasado colaboró con el régimen de Damasco, volvió a acusar a Siria de los atentados que han ensangrentado el Líbano desde octubre de 2004. "Siria, a través de sus gigantescas redes de seguridad libanesas, palestina y otras que dejó tras su retirada, se dedica a aterrorizar al primer ministro libanés, Fuad Siniora, y obstaculizar la investigación internacional", indicó.
Con los asesinatos, "Damasco lanza un mensaje a la comunidad internacional para decirle que es el más fuerte y no se le debe implicar" en el magnicidio de Hariri. "Siria cuenta con el factor tiempo porque conoce los límites de la intervención internacional. Sabe que la batalla presidencial comienza en Francia dentro de dos años y en EEUU dentro de tres, lo que desviará la atención de Washington y París sobre el Líbano", agregó.
Yumblat insistió en que los atentados contra figuras libanesas no cesarán porque el régimen de Damasco busca liquidar a los diputados de la mayoría antisiria para que se conviertan en una minoría. "Si lo consiguen, pues la mayoría cuenta solo con siete o ocho diputados más que el otro bloque, lograrán cambiar el Parlamento. La nueva Cámara podrá decir al mundo que el Líbano no es capaz de administrar sus propios asuntos y podrá reclamar el regreso de las fuerzas sirias", vaticinó.
A pesar de ello, se disculpó de su llamada al derrocamiento del régimen sirio hecha tras el asesinato la pasada semana del diputado y periodista libanés Yibrán Tueni. "Hice este llamamiento en un momento de cólera y de viva emoción tras el asesinato de Tueni", señaló.
En cuanto a la seguridad en el país, Yumblat subrayó que se necesita tiempo para reorganizar los servicios de protección en el Líbano debido a las dificultades logísticas y políticas a las que hace frente el Gobierno. En este sentido, admitió que había tomado en consideración las recomendaciones del grupo terrorista chií libanés Hizbulá durante los nombramientos de los nuevos jefes de seguridad. "Lo hemos hecho por el Líbano, ya que tiene una gran fuerza y una buena organización militar, señaló. "Por ello les pedí protegerme y protegernos, al menos políticamente. Nosotros no somos capaces de controlar nuestras fronteras", añadió.
Yumblat admitió, asimismo, por primera vez, que está dispuesto a apoyar la candidatura del general cristiano Michel Aun a la presidencia del Líbano "El general Aun se beneficia de un mayor apoyo entre los cristianos. Es un militar brillante. Que nos ayude y, si continuamos vivos, podríamos escogerlo entre otros candidatos a la presidencia de la República. No tenemos inconveniente que sea el único candidato", declaró.
Aun, jefe del Gobierno castrense en zona cristiana derrocado por Siria durante el último año de la guerra civil libanesa (1975-1990), regresó al Líbano el pasado mayo tras un largo exilio en Francia.
También puso nombre propio a la amenazas al citar a "Asef Chawkat, cuñado del (presidente sirio) Bachar al Asad". Yumblat, que el pasado colaboró con el régimen de Damasco, volvió a acusar a Siria de los atentados que han ensangrentado el Líbano desde octubre de 2004. "Siria, a través de sus gigantescas redes de seguridad libanesas, palestina y otras que dejó tras su retirada, se dedica a aterrorizar al primer ministro libanés, Fuad Siniora, y obstaculizar la investigación internacional", indicó.
Con los asesinatos, "Damasco lanza un mensaje a la comunidad internacional para decirle que es el más fuerte y no se le debe implicar" en el magnicidio de Hariri. "Siria cuenta con el factor tiempo porque conoce los límites de la intervención internacional. Sabe que la batalla presidencial comienza en Francia dentro de dos años y en EEUU dentro de tres, lo que desviará la atención de Washington y París sobre el Líbano", agregó.
Yumblat insistió en que los atentados contra figuras libanesas no cesarán porque el régimen de Damasco busca liquidar a los diputados de la mayoría antisiria para que se conviertan en una minoría. "Si lo consiguen, pues la mayoría cuenta solo con siete o ocho diputados más que el otro bloque, lograrán cambiar el Parlamento. La nueva Cámara podrá decir al mundo que el Líbano no es capaz de administrar sus propios asuntos y podrá reclamar el regreso de las fuerzas sirias", vaticinó.
A pesar de ello, se disculpó de su llamada al derrocamiento del régimen sirio hecha tras el asesinato la pasada semana del diputado y periodista libanés Yibrán Tueni. "Hice este llamamiento en un momento de cólera y de viva emoción tras el asesinato de Tueni", señaló.
En cuanto a la seguridad en el país, Yumblat subrayó que se necesita tiempo para reorganizar los servicios de protección en el Líbano debido a las dificultades logísticas y políticas a las que hace frente el Gobierno. En este sentido, admitió que había tomado en consideración las recomendaciones del grupo terrorista chií libanés Hizbulá durante los nombramientos de los nuevos jefes de seguridad. "Lo hemos hecho por el Líbano, ya que tiene una gran fuerza y una buena organización militar, señaló. "Por ello les pedí protegerme y protegernos, al menos políticamente. Nosotros no somos capaces de controlar nuestras fronteras", añadió.
Yumblat admitió, asimismo, por primera vez, que está dispuesto a apoyar la candidatura del general cristiano Michel Aun a la presidencia del Líbano "El general Aun se beneficia de un mayor apoyo entre los cristianos. Es un militar brillante. Que nos ayude y, si continuamos vivos, podríamos escogerlo entre otros candidatos a la presidencia de la República. No tenemos inconveniente que sea el único candidato", declaró.
Aun, jefe del Gobierno castrense en zona cristiana derrocado por Siria durante el último año de la guerra civil libanesa (1975-1990), regresó al Líbano el pasado mayo tras un largo exilio en Francia.