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Sharon continúa grave tras concluir una operación de diez horas para contener una hemorragia cerebral

El primer ministro de Israel, Ariel Sharon, permanece grave después de concluir una intervención quirúrgica que duró más de diez horas, tiempo en el que los especialistas lograron detener una masiva hemorragia cerebral. Sin embargo, fuentes del hospital Hadasa de Jerusalén, explicaron que su vida aún corre peligro porque en su cerebro aún "existen áreas adicionales que deben ser tratadas". Especialistas israelíes consultados por la prensa local afirmaron que "las probabilidades de que Sharon pueda superar esta crisis sin daños cerebrales" son escasas.

El primer ministro de Israel, Ariel Sharon, permanece grave después de concluir una intervención quirúrgica que duró más de diez horas, tiempo en el que los especialistas lograron detener una masiva hemorragia cerebral. Sin embargo, fuentes del hospital Hadasa de Jerusalén, explicaron que su vida aún corre peligro porque en su cerebro aún "existen áreas adicionales que deben ser tratadas". Especialistas israelíes consultados por la prensa local afirmaron que "las probabilidades de que Sharon pueda superar esta crisis sin daños cerebrales" son escasas.
LD (EFE) El director del hospital Hadasa de Jerusalén, Shlomo Mor Yosef, ha informado que el primer ministro israelí, Ariel Sharon, sigue en situación estable pero en grave estado. Para desmentir informaciones acerca del posible fallecimiento del mandatario, añadió que "los indicadores vitales siguen estables y de acuerdo a las circunstancias de una persona después de este tipo de operación".
 
Horas antes, fuentes del hospital Hadasa donde el primer ministro israelí Ariel Sharon recibe atención en una sala de emergencia, habían informado de que la salud del mandatario continua grave tras concluir una operación de más de diez horas para detenerle una masiva hemorragia cerebral. Dichas fuentes no ocultaron que pese a que se ha logrado detener la hemorragia, "aún corre peligro la vida de Sharon", de 77 años.
 
Un primer parte médico dado a conocer la mañana de este jueves, cuando la operación llevaba ocho horas, señalaba que la intervención seguiría pues "existen áreas adicionales (en el cerebro) que deben ser tratadas". Según los expertos, esa descripción significaba que los cirujanos conseguían detener la hemorragia en un zona del cerebro y volvía a producirse en otros, lo que, en su opinión, reflejaba la gravedad de su situación por el daño que ello causaba a ese órgano.
 
El profesor Mor-Iosef informó de que Sharon estuvo sedado durante toda la operación y que los médicos le administraron en el quirófano medicinas para contrarrestar la hemorragias. Un funcionario del hospital, Sharon Krumer, dijo este mediodía a los periodistas que "el estado del primer ministro es grave pero estable" y, de momento, no habrá nuevos partes médicos.
 
La suerte del líder israelí, el más popular del país, preocupaba a todos los sectores, y especialmente a los activistas de los partidos moderados que abogan por la paz con los palestinos y veían en Sharon "un político pragmático". También el primer ministro de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Abú Ala, envió una carta con buenos deseos y solidaridad al viceprimer ministro israelí, Ehud Olmert, que asumió las funciones del Gobierno.
 
Los neurocirujanos Félix Umansky y José Cohen, formados en Argentina y al frente del equipo médico que participó en la operación, pudieron determinar el cese de la hemorragia sometiéndolo a una radiografía múltiple. Sharon, inconsciente, fue asistido para respirar durante la intervención en el quirófano, y así seguía en la sala de emergencias, en la octava planta del Hadasa, donde se halla bajo estricta vigilancia de sus guardaespaldas.
 
Los médicos del hospital, y de otros centros médicos del país, consultados por la prensa local, afirmaron que "las probabilidades de que pueda superar esta crisis sin daños cerebrales se aproxima a un cero por ciento". Esto significa que, de hecho, el infarto y la hemorragia que sufrió en su residencia de Los Sicomoros, en el desierto del Néguev, o al llegar al hospital de Jerusalén, habría puesto fin a la carrera política del casi octogenario líder.

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