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Preocupación entre los médicos del Hadasa porque Sharon no despierta del coma inducido

Los médicos del hospital Hadasa que atienden al primer ministro israelí Ariel Sharon han externado su preocupación porque el mandatario aún no ha despertado aún del coma inducido. Los especialistas han analizado la situación neurológica del mandatario cuyo estado de salud se mantiene estable dentro de la gravedad. El próximo parte médico se hará público el sabado por la noche al concluir el shabat, día de descanso para los judíos.

Los médicos del hospital Hadasa que atienden al primer ministro israelí Ariel Sharon han externado su preocupación porque el mandatario aún no ha despertado aún del coma inducido. Los especialistas han analizado la situación neurológica del mandatario cuyo estado de salud se mantiene estable dentro de la gravedad. El próximo parte médico se hará público el sabado por la noche al concluir el shabat, día de descanso para los judíos.
LD (EFE) Medios de comunicación israelíes informan de que el equipo de médicos que atienden al primer ministro Ariel Sharon han expresado su preocupación por el hecho de que el mandatario no despierta, a pesar de que se le ha ido retirando de forma gradual el suministro de sedantes, que lo mantienen en un estado de coma inducido desde que ingresó en el centro médico el pasado cuatro de enero.
 
Se cree que el peso y los restos de la anestesia que aún permanecen en su cuerpo pueden estar retrasando el momento en que salga del coma, advierten las fuentes. Los médicos que lo atienden en este centro hospitalario estudiaron la mañana de este viernes la situación neurológica de Sharon, que continúa siendo grave, aunque se encuentra estabilizado.
 
Los dos hijos del primer ministro, Omrí y Guilad, se encontraban junto a su cama en la unidad de cuidados intensivos de neurocirugía del hospital Hadasa. Su padre fue sometido a una nueva intervención quirúrgica para retirar un sistema de catéteres empleado para drenar las hemorragias que sufrió, dado que la última tomografía computerizada reveló una ligera mejora en su estado y que no había restos de sangre en el cerebro. Los médicos también aprovecharon la oportunidad para insertarle una nueva vía intravenosa en el brazo para evitar una infección.
 
El primer ministro israelí ingresó hace nueve días en el hospital Hadasa Ein Karem de Jerusalén aquejado de un fuerte dolor de cabeza y presión en el pecho. Poco después de su hospitalización sufrió varios derrames cerebrales, que requirieron una serie de intervenciones para drenar la sangre que se le había acumulado en el cerebro.

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