L D (EFE) "Es algo que se ve sobre todo en el campo. Los árbitros y los rivales leen la prensa, y es como si se creara una atmósfera en torno a mí. Los contrarios se tiran antes de que me acerque y los árbitros me sacan tarjeta más rápido, como si pensaran: aquí viene ese matón del Real Madrid", declaraba el jugador al diario Ekstra Bladet .
Gravesen, quien anuncia que ya no hablará más con la prensa española, censuró que, en España, los jugadores tienen la "costumbre" de tirarse cuando pierden el balón, incluidos varios de sus compañeros, "y funciona, porque pitan falta nueve de cada diez veces". "Es una cultura completamente distinta: al contrario que en Dinamarca, Alemania o Inglaterra, donde se castiga a los que fingen, en España se ve casi como algo positivo", afirmaba el danés.
El centrocampista blanco resalta que en su posición era "imposible" evitar el contacto físico y que era "difícil" reaccionar cuando sólo con acercarse un poco, la gente se lanzaba al suelo "como si le hubieran dado una patada brutal". Gravesen, quien considera que a compañeros como Sergio Ramos o Pablo García les sacan tarjetas injustas, tilda esa costumbre de fingir de "cobarde" y resalta: "Nunca me acostumbraré a que eso sea legal, el día que lo haga, me retiro en el acto".
En sus críticas a los medios españoles, el danés menciona especialmente a El País por recomendarle con ironía tratamiento psiquiátrico en una crónica por su fogosidad. "Tiene todo el derecho a dar su opinión, le pagan por dar titulares, pero ese periodista no me conoce como persona, así que no puede juzgarme. Además, un día escribe una cosa y, otro, otra. Así es aquí, hay que acostumbrarse", declara.
No obstante, Gravesen dice que su autoestima estaba "al máximo" porque no le influía lo que decían o escribían sobre él, y se muestra contento por sus últimas conversaciones con el técnico. "Me explicó por qué estuve en el banquillo y me aseguró que no era porque considerara que no tenía nivel. Le dije que necesitaba jugar para estar satisfecho y cómo podía sacar más de mí", dice Gravesen, quien ha vuelto a quejarse de su rol defensivo.
Gravesen, quien anuncia que ya no hablará más con la prensa española, censuró que, en España, los jugadores tienen la "costumbre" de tirarse cuando pierden el balón, incluidos varios de sus compañeros, "y funciona, porque pitan falta nueve de cada diez veces". "Es una cultura completamente distinta: al contrario que en Dinamarca, Alemania o Inglaterra, donde se castiga a los que fingen, en España se ve casi como algo positivo", afirmaba el danés.
El centrocampista blanco resalta que en su posición era "imposible" evitar el contacto físico y que era "difícil" reaccionar cuando sólo con acercarse un poco, la gente se lanzaba al suelo "como si le hubieran dado una patada brutal". Gravesen, quien considera que a compañeros como Sergio Ramos o Pablo García les sacan tarjetas injustas, tilda esa costumbre de fingir de "cobarde" y resalta: "Nunca me acostumbraré a que eso sea legal, el día que lo haga, me retiro en el acto".
En sus críticas a los medios españoles, el danés menciona especialmente a El País por recomendarle con ironía tratamiento psiquiátrico en una crónica por su fogosidad. "Tiene todo el derecho a dar su opinión, le pagan por dar titulares, pero ese periodista no me conoce como persona, así que no puede juzgarme. Además, un día escribe una cosa y, otro, otra. Así es aquí, hay que acostumbrarse", declara.
No obstante, Gravesen dice que su autoestima estaba "al máximo" porque no le influía lo que decían o escribían sobre él, y se muestra contento por sus últimas conversaciones con el técnico. "Me explicó por qué estuve en el banquillo y me aseguró que no era porque considerara que no tenía nivel. Le dije que necesitaba jugar para estar satisfecho y cómo podía sacar más de mí", dice Gravesen, quien ha vuelto a quejarse de su rol defensivo.