Un Real Madrid apático olvida sus penas coperas con una victoria en San Mamés que le aúpa a la segunda plaza provisional

(Libertad Digital) El Athletic salió al campo con los mismos hombres que cayeron estrepitosamente ante el Málaga, salvo el único cambio, obligado, de Dañobeitia por el sancionado Fran Yeste. Por su parte, López Caro puso en liza al once esperado, incluido un Guti que tuvo que actuar con un tobillo algo tocado y muy protegido después de haber sufrido un percance durante el calentamiento previo al choque. Javier Clemente propuso una disposición diferente a la de La Rosaleda con un 4-3-3, con Iraola formando una especie de trivote en línea por delante de una línea de cuatro y por detrás de dos extremos y un delantero centro.

Zidane volvió a liderar al Madrid en los primeros compases del partido. Cuando sólo habían transcurrido cinco minutos, el francés habilitó a Robinho, que aprovechó la indecisión en la salida de Lafuente para batirle por bajo y entre las piernas. Aunque fue un mazazo muy duro, el Athletic intentó reaccionar. Pero también es cierto que lo hizo con más corazón que cabeza y tratando de poner las cosas en una dinámica muy física. Poco a poco, aunque sin llevar demasiado peligro, se fue acercando al área de Casillas. Varias intervenciones del guardameta de Móstoles, todavía en el primer cuarto de hora, animaron a una afición que casi llenó San Mamés y que se volcaba con su equipo a la mínima jugada de peligro.

El partido pareció empezar a tener color rojiblanco superada la primera media hora con llegadas a la portería de Casillas y que no fructificaron de casualidad. Inició la oleada Gurpegui, mientras que Iraola y Orbaiz lo intentaron hasta con tres disparos consecutivos que fueron repelidos por el meta visitante y también por Sergio Ramos. Pero en esos derroteros también pudo haber sentenciado el Madrid. Fundamentalmente por mediación de Robinho, que gozó de dos ocasiones claras para marca. En la primera remató muy alto y en la segunda se encontró con un Lafuente que se lució cuando ya se cantaba el 0-2. También lo intentó Ronaldo, pero se topó con la certera intervención del meta local.

Tras el paso por vestuarios, Clemente hizo un variación táctica que ya apuntó al final de la primera: trasladó a Iraola al interior derecho y puso a Aduriz junto a Urzaiz para intentar hacer daño a la defensa blanca. En el juego aéreo encontró el Athletic su primera ocasión en el segundo tiempo, pero Aduriz fue incapaz de rematar como debía un balón perfecto que le puso Orbaiz en la cabeza en una jugada a balón parado. El cansancio empezó a hacer mella en los leones pero también en los madridistas. El partido entró en una fase de tedio hasta que la entrada al campo de Baptista, en sustitución del tocado Guti, rompió definitivamente el partido a los 92 minutos. El brasileño la aguantó bien en la frontal y habilitó para Robinho, cuyo pase de la muerte fue aprovechado por Raúl Bravo para marcar a puerta vacía y establecer el 0-2 definitivo.