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El Madrid olvida sus penas con un gran triunfo ante el Maccabi en su estreno en el top-16 (90-75)

Mejor no le han podido ir las cosas al Real Madrid en su estreno en el top-16 de la Euroliga. Liderado por Louis Bullock, Igor Rakocevic y Alex Hervelle, el equipo blanco ha ofrecido una cara que no se le conocía hasta ahora para conseguir una abultada victoria frente al Maccabi de Tel Aviv, actual campeón de Europa. También el Barcelona y el Tau Cerámica han comenzado con éxito su andadura en la segunda fase al imponerse al Zalgiris Kaunas y el GHP Bamberg, respectivamente.
CONSULTE LOS RESULTADOS Y CLASIFICACIONES

Mejor no le han podido ir las cosas al Real Madrid en su estreno en el top-16 de la Euroliga. Liderado por Louis Bullock, Igor Rakocevic y Alex Hervelle, el equipo blanco ha ofrecido una cara que no se le conocía hasta ahora para conseguir una abultada victoria frente al Maccabi de Tel Aviv, actual campeón de Europa. También el Barcelona y el Tau Cerámica han comenzado con éxito su andadura en la segunda fase al imponerse al Zalgiris Kaunas y el GHP Bamberg, respectivamente.CONSULTE LOS RESULTADOS Y CLASIFICACIONES

L D (EFE) El bicampeón de la Euroliga no hizo acto de presencia en Vistalegre hasta quince minutos después del salto inicial, entre otras cosas porque el Madrid no le dejó sumarse a la confrontación. Le arrinconó y le diseccionó con la frialdad de un forense. Le endosó 25 puntos de diferencia en el primer cuarto y medio del choque (42-17) para sacar de la pista al dueño del continente.

La fórmula para anular al Maccabi hecha con un sólo ingrediente: baloncesto de primera línea europea, juego y tensión de Final Four. Demasiado incluso para uno de los máximos favoritos a levantar los brazos al aire en la fase por la Euroliga 2006 en Praga. El Madrid representó el papel del Tau en la semifinal copera que perdió el sábado pasado. Así, por ese camino del juego intenso, inteligente, ordenado y colectivo, acribilló a triples al Maccabi en el segundo cuarto (40-17, m.14). El tiempo muerto israelí urgía. El técnico Pini Gherson, que antes de empezar consideraba que un triunfo en su primer cara a cara con los blancos pondría el broche de oro a su currículo, buscaba solución a la zona del Madrid y remedio también al dominio territorial debajo de ambos aros y la afinada puntería que los blancos imponían a plomo en la cancha (42-17).

Josh Fisher, el penúltimo fichaje de los blancos, desempeñó un rol clave en todo eso. El estadounidense apareció cómodo, centrado y con unas formas que le revelan como un hombre capaz de aportar orden al potencial ofensivo madridista. Dio sentido al perímetro y, por extensión, a los hombres interiores, favorecidos por los huecos abiertos por el Maccabi en el trabajo de ayudas. El Madrid se enganchó a la apertura del segundo ciclo de la Euroliga a lomos de Fisher y luego lo capitalizó por dentro y por fuera hasta que dos pérdidas de Bullock le abocaron a una pendiente deslizante. Los blancos pasaron los últimos cinco minutos del segundo cuarto contra las cuerdas. Las pérdidas y la tardía, pero sólida, irrupción de los israelíes en la refriega frenó a los locales con un parcial de 5-14 (45-31).

El coletazo macabeo, siempre con un Anthony Parker de talento, consumió la máxima expresión del discurso blanco (42-17) hasta nueve puntos (49-41, m.23). La pizarra de Gherson tenía los accesos a la zona madrileña marcados con rotulador fluorescente. Le costó, pero cuando los descubrió el Maccabi demostró un potencial de ataque temible. La reacción del campeón de Europa, sin embargo, y éste es otro dato también necesario para jugar una Final Four, no desmontó al Madrid. La artillería de Maljkovic regresó a los 6,25 metros y, a partir de una andanada doble a cargo de Igor Rakocevic y de Bullock (61-42, m.26), el campeón de la ACB reabrió la conexión con el juego del primer cuarto y medio (69-46 m.29). Eso sí, ahora con el Maccabi metido en el partido.

Los israelíes no son quienes son porque sí. Entró en el último cuarto con un parcial de 12-0 y cuatro minutos del Madrid sin anotar. Pero Hervelle y Fisher viajaron otra vez a los 6,25 para soltar dos cestas providenciales (75-63 m.25). El belga enganchaba su cuarto triple dos posesiones más tarde mientras el Maccabi, a toda máquina en defensa y en ataque, perseguía desbocado a los anfitriones (78-65, m.26). Una bandeja por el centro de la zona de Rakocevic, poderoso como pocos en las penetraciones, sostenía la ventaja en la batalla contra el tiempo. Por fin, el croata Marko Tomas surgió de una esquina para romper la línea de flotación del Maccabi. Su triple sentenció el partido y ató la merecida y meritoria victoria del Madrid (88-71, m.28). Con ese baloncesto, la semifinal de Copa habría sido otra cosa.

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