Sánchez argumentó la presunta pertenencia de los cinco detenidos a Al-Qaeda, junto con las pruebas practicadas durante la investigación, las declaraciones de otros acusados y testigos, así como el riesgo de que se fuguen o reincidan en los delitos que se les imputan.
Concretamente, la fiscal alega que Fouad el Morabit, cuyas huellas se encontraron en la casa que los terroristas tenían en Morata de Tajuña (Madrid), mantuvo conversaciones telefónicas con varios de los islamistas que murieron en Leganés el 3 de abril, así como con otros acusados. Su defensa alegó que dichas llamadas no prueban su conexión con los atentados y que lo único que acreditan son las terminales telefónicas desde las que se realizaron, y no quién las hizo ni su contenido.
La representante del Ministerio Público instó a que el tribunal adoptase la misma medida para Otman el Gnaoui, albañil y fontanero en la casa de Morata de Tajuña, refiriéndose a él como "cooperador necesario" para el transporte de los explosivos, y acusándole de falsificar su pasaporte y otros documentos de identidad, ya que éstos se descubrieron con fotos de Jamal Ahmidan "El Chino" aunque en ellos aparecía su nombre. La fiscal recordó que existen otras pruebas contra él, como inspecciones oculares, muestras de ADN y de huellas, o conversaciones telefónicas.
Sánchez argumentó que Abdelilah el Fadual el Akil, debe permanecer en prisión preventiva, ya que compró un coche a "El Chino", y que por órdenes de éste, lo llevó hasta Ceuta. Además, este vehículo fue utilizado para viajar a Asturias y, presuntamente, transportar desde allí los explosivos hasta Madrid.
La representante del Ministerio Público alegó que Rachid Aglif, "El Conejo", mantuvo conversaciones telefónicas con otros imputados, entre otras pruebas practicadas en las diligencias. Este acusado admitió que tenía relaciones con varios de los supuestos terroristas involucrados en los atentados.
Además, el miércoles, la fiscal solicitó que se prorrogara la prisión preventiva para otros cinco detenidos por su implicación en los atentados. Entre ellos, Jamal Zougam, arrestado el 13 de marzo de 2004, fue reconocido por dos testigos como una de las personas que colocaron las mochilas-bomba en los trenes.
José Emilio Suárez Trashorras fue quien presuntamente proporcionó los explosivos a los terroristas, mientras que Rafa Zouhier está acusado de poner en contacto a los presuntos autores con los asturianos que les proporcionaron la dinamita. Basel Ghalyoun fue reconocido por dos testigos, uno en las "caravanas de la muerte" y otro en un restaurante de Alcalá de Henares (Madrid). Por último, en el domicilio de Hamid Ahmidam, primo de "El Chino, se encontraron grandes cantidades de droga y documentación del acusado Otman el Gnaoui.