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Alemania responde que no es cierto que tenga una "acción de oro" para vetar operaciones de E.On

El secretario de Estado de Economía alemán ha respondido al ministro Montilla que el Gobierno germano puede obligar a E.On a vender a un tercero todas las acciones de su filial Ruhrgas en caso de ser comprada por un tercero, "siempre que el adquiriente suscite preocupación ante posibles perjuicios para los intereses del país en el suministro de gas". Sin embargo, nunca puede impedir mediante veto la adquisición de E.On ni posee los amplios derechos de control que se asocian con una "acción de oro".

El secretario de Estado de Economía alemán ha respondido al ministro Montilla que el Gobierno germano puede obligar a E.On a vender a un tercero todas las acciones de su filial Ruhrgas en caso de ser comprada por un tercero, "siempre que el adquiriente suscite preocupación ante posibles perjuicios para los intereses del país en el suministro de gas". Sin embargo, nunca puede impedir mediante veto la adquisición de E.On ni posee los amplios derechos de control que se asocian con una "acción de oro".
L D (Agencias) Así lo reconoce el secretario de Estado del Ministerio Federal de Economía y Tecnología, Georg Wilhelm Adamovitsch, en la carta remitida al secretario general de Energía, Antonio Fernández Segura, a la que tuvo acceso Europa Press. "De acuerdo con la autorización ministerial del año 2002, en el caso de la eventual adquisición de E.ON por un tercero, puede el Gobierno Federal obligar a E.ON a vender a un tercero todas las acciones de su filial Ruhrgas que posea por sí o a través de empresas asociadas, siempre que el adquiriente de E.ON dé lugar a preocupación en torno a posibles perjuicios para los intereses de política energética de la República Federal alemana en el suministro de gas. Esta regla mantendrá su vigencia hasta el año 2012", señala Wilhelm Adamovitsch en un párrafo de la carta.
 
No obstante, subraya que "a pesar de esta regulación, el Gobierno Federal no puede impedir mediante veto la adquisición de E.ON ni posee los amplios derechos de control que normalmente se asocian con una 'acción de oro'". El secretario de Estado alemán comienza la carta argumentando que en la discusión pública sobre la oferta realizada por E.ON sobre Endesa "se ha informado repetidamente que el Gobierno Federal podría ejercer influencia en la gestión de la política del grupo E.ON a través de una 'acción de oro'. En nombre del Gobierno Federal, me gustaría explicarle que no es el caso", recalca.
 
A este respecto, aclara que el Gobierno alemán "no dispone de ningún derecho accionarial ni de ninguna posibilidad similar para inmiscuirse en las decisiones empresariales de E.ON". En relación con esta cuestión, cita la autorización ministerial concedida por el ministro de Economía y Tecnología para la adquisición de Ruhrgas por E.ON en el año 2002. Así, explica que, en su momento la adquisición de Ruhrgas por E.ON fue prohibida por la Oficina Federal de Defensa de la Competencia. No obstante, señala que el "riguroso" Derecho alemán de la competencia contempla la posibilidad, en el caso de una prohibición por parte del organismo encargado de esta materia, de que el ministro competente autorice pese a ello la fusión, siempre que dicha autorización "esté justificada por razones predominantes de bienestar general".
 
Una fusión "justificada" por el suministro de gas
 
El secretario de Estado germano aclara que en el caso de la concentración E.ON-Ruhrgas "se justificó la autorización de la fusión en función del aseguramiento del suministro de gas en Alemania". "Se tuvo en especial consideración la dependencia de la República Federal Alemana de las importaciones de energía --agrega--, en especial en el sector del gas. El Ministerio Federal de Economía consideró en su momento que con la fusión E.ON-Ruhrgas se crearía una empresa que podría prestar una importante contribución al suministro de gas a Alemania en el largo plazo.

En consecuencia, se obligó a E.ON a conservar Ruhrgas, manteniendo sus elementos estructurales fundamentales". El secretario de Estado Georg Wilhelm Adamovitsch se despide esperando "haber disipado mediante la presente las posibles confusiones en torno a las consecuencias de la adquisición de la entonces Ruhrgas por E.ON, y queda a la disposición de Fernández Segura para "aclaraciones adicionales".    

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