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José Antonio Abellán: "Ha quedado demostrado que el EGM es una chapuza"

La investigación del equipo de la COPE dirigido por José Antonio Abellán ha dejado en difícil situación a los responsables del EGM. Aunque presume del "control de calidad" de sus encuestas, la empresa AIMC (responsable del EGM) aún no ha explicado las irregularidades ahora desveladas. Para evitar manipulaciones, Abellán decidió avalar su investigación mediante acta notarial, que puede consultar AQUÍ. La Asociación de Radios Comerciales, con la opinión en contra de la COPE, reclama acciones penales para, según dicen, "restituir el buen nombre del EGM". Los editores lo que piden es una garantía de trasparencia.

La investigación del equipo de la COPE dirigido por José Antonio Abellán ha dejado en difícil situación a los responsables del EGM. Aunque presume del "control de calidad" de sus encuestas, la empresa AIMC (responsable del EGM) aún no ha explicado las irregularidades ahora desveladas. Para evitar manipulaciones, Abellán decidió avalar su investigación mediante acta notarial, que puede consultar AQUÍ. La Asociación de Radios Comerciales, con la opinión en contra de la COPE, reclama acciones penales para, según dicen, "restituir el buen nombre del EGM". Los editores lo que piden es una garantía de trasparencia.
(Libertad Digital) En declaraciones a Libertad Digital, José Antonio Abellán, director de El Tirachinas de la COPE y responsable de la investigación llevada a cabo sobre las prácticas del EGM, ha explicado el porqué de este trabajo periodístico. “Queríamos demostrar qué había de cierto en las acusaciones que se hacían desde hace años contra el EGM”, ha dicho Abellán, que añadió que uno de los objetivos de su investigación era saber cómo se hacían las encuestas de audiencia.
 
No hemos descubierto manipulación. Hemos comprobado que el EGM es una chapuza”, apuntó el presentador de la COPE que recordó cómo AIMC (Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación) presume de la “fiabilidad” y el “blindaje” de sus encuestas.
 
Lo cierto es que la propia AIMC dice en su página web que sus “cuestionarios son ocasionalmente sometidos a una nueva comprobación, posterior a la tabulación de resultados, por parte del (los) asociado (s) que así lo requieran. Este proceso supone un permanente control de calidad sobre cualquiera de las fases de elaboración del EGM”.
 
José Antonio Abellán ha dicho que el “Estudio General de Medios podrá ser perfecto, pero es imposible de llevar a cabo como ha quedado demostrado”. Por ello, cree que “la Cadena COPE debería tirar diez años atrás y exigir responsabilidades al EGM”.
 
¿Cómo se hacen las encuestas del EGM?
 
Libertad Digital ha contactado con dos de los periodistas del equipo de Abellán que han puesto en evidencia las irregularidades del Estudio General de Medios. Ambos trabajaron durante meses para TNS Market Research, ocupándose de la mayoría de las encuestas que esta empresa realizó en Madrid para el último Estudio General de Medios.
 
En un principio, los dos periodistas se pusieron en contacto con las tres empresas (IPSOS, Random y TNS) que realizan los trabajos de campo para  AIMC –responsable final del EGM. Finalmente fueron contratados por TNS y su incorporación fue inmediata. El primer día les acompañó una supervisora y a los dos días estaban realizando cuestionarios por su cuenta.
 
En su primera salida, uno de ellos fue enviado al Cementerio de la Almudena. Al informar a la empresa del sitio en el que se encontraba, su superior le ordenó que comprobara si “vivía alguien” en el recinto de La Almudena para hacerle el cuestionario. A nadie encontró.
 
Como refleja el acta notarial que la COPE ha adjuntado a la investigación, durante el primer mes y medio siguieron estrictamente la metodología impuesta para elaborar las encuestas. Así pudieron comprobar que ciñéndose a las normas no eran capaces de elaborar las rutas de encuestas que les habían marcado. A las horas que debían iniciar los trabajos de campo –a partir de las 11:00 en punto por la mañana, desde las 16:00 horas por la tarde– era casi imposible encontrar en casa a las personas seleccionadas previamente. Lógicamente, la gente que trabaja o estudia por la mañana y no llega a su domicilio hasta la tarde es imposible de localizar a la hora en la que se realizan estos sondeos casa por casa.
 
La duración del cuestionario –unos 20-25 minutos– hacía desistir en la mayoría de los casos a las personas a las que se abordaba. Tampoco ayudaba el carácter íntimo de algunas preguntas –cuánto dinero gana o si utiliza tampones o compresas durante el periodo. Además, pocos eran los que no equivocaban el nombre del programa de radio o el de la persona encargada de presentarlo.
 
Con el paso del tiempo y el contacto con compañeros más veteranos aprendieron algunos “trucos” que, les dijeron, se utilizan desde hace tiempo para “agilizar” el trabajo. Así descubrieron que podían rellenar las encuestas desde su casa si antes conseguían una serie de datos básicos de cada persona como profesión, edad, teléfono, coche... El resto corría a cargo de su imaginación.
 
Incluso su supervisor les descubrió algunos ‘atajos’. Si en las primeras seis entrevistas a las 11 de la mañana no encontraban a nadie en su casa, debían marcar algunas como negativas –es decir, que no habían aceptado hacer la entrevista– para poder buscar sustitutos y no tener que esperar a la siguiente ronda de las cuatro de la tarde. “No seáis tontos. Hay que ser listos”, les dijeron.
 
Los dos periodistas nos han explicado que, curiosamente, desde la empresa les sugirieron que si las seis encuestas resultaban positivas durante la mañana –cosa que nunca sucedió– marcaran como ‘No contesta’ alguna de ellas porque a AIMC no le gustaban las ‘anomalías estadísticas’.
 
Sin embargo, este rigor no se aplicó en la supervisión de sus trabajos de campo. Pese a incurrir en irregularidades clamorosas, la empresa sólo les anuló un par de entrevistas a cada uno en todos los meses que estuvieron realizando las rutas para el EGM. Es más, al comunicar que dejaban el trabajo por cuestiones personales, desde TNS les intentaron convencer de que ‘no les dejaran tirados’ e incluso les ofrecieron encargarse de las rutas de otras personas.

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