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NO PUEDEN ACERCARSE A MENOS DE 50 METROS

Una sentencia prohíbe convivir a una pareja que desea seguir junta tras pelearse

El Juzgado de lo Penal número 1 de Valladolid ha impuesto sendas penas de tres meses de prisión a una pareja como autores de un delito de violencia doméstica, después de que ambos cónyuges se vieran envueltos en noviembre de 2004 en una pelea en la que resultaron lesionados. La condena impone a la pareja la prohibición de acercarse uno a otro a no menos de 50 metros durante un año y tres meses, cuando, paradójicamente, los dos condenados expresaron durante el juicio su deseo de seguir conviviendo en el domicilio familiar.

L D (Europa Press) La pareja está formada por Miguel Angel B.M., de 63 años, y por una venezolana, Yasmina J.F.F, de 32.  En la vista, Miguel Angel B.M. reconoció que el 2 de noviembre de 2004 acababa de salir de un restaurante en compañía de su pareja y que de regreso a casa mantuvo con ella una pequeña discusión por celos dentro de su coche, en parte motivada por la diferencia de edad entre ambos y supuestas miradas que ella realizó a otros hombres.
 
Sin embargo, el acusado restó importancia a lo ocurrido, advirtió de que ambos se encontraban un poco "cargados" de alcohol y que únicamente se dieron unos leves manotazos, sin que en ningún momento estrellara la cabeza de su pareja contra el parabrisas del vehículo. El cristal se astilló porque ella, como así ratificó también la coacusada, golpeó el parabrisas con sus pies.
 
"La realidad es que nos golpeamos mutuamente. Yo le di en la cara con la mano y le marqué el labio y ella me dio en las gafas", resumió el ahora condenado, quien destacó que nada de lo ocurrido hubiera llegado a juicio de no ser porque una patrulla policial intervino y trasladó a ambos a comisaría para que formulasen denuncia.
 
El abogado defensor de la pareja, que ha anunciado el oportuno recurso ante la Audiencia Provincial, declaró encontrarse "sorprendido" por la decisión del fiscal de mantener la acusación y calificó de desproporcionada tal postura ya que, en su opinión, los hechos son insignificantes –de forma subsidiaria pidió que se declararan como mera falta– y los dos acusados conviven desde hace 12 años con sus dos hijos y aseguran que desean seguir haciéndolo por encontrarse bien.
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