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Aznar confía en parar la "marea populista" en Iberoamérica porque "no es el camino"

El ex presidente del Gobierno está dispuesto a detener la "marea populista" de América Latina, porque pueden volver fórmulas políticas mal pensadas. En una entrevista que pública este domingo el diario El Mercurio, José María Aznar admite que la situación actual de Iberoamérica, con el surgimiento de gobiernos de izquierda, es "preocupante" y que la derecha en la región "está callada, desaparecida y acomplejada".

El ex presidente del Gobierno está dispuesto a detener la "marea populista" de América Latina, porque pueden volver fórmulas políticas mal pensadas. En una entrevista que pública este domingo el diario El Mercurio, José María Aznar admite que la situación actual de Iberoamérica, con el surgimiento de gobiernos de izquierda, es "preocupante" y que la derecha en la región "está callada, desaparecida y acomplejada".
L D (EFE) Aznar expresa en la entrevista su deseo de que "la marea populista se detenga. Alguien la tiene que parar, alguien tiene que decir que ése no es el camino" y reconoce que él está dispuesto a hacerlo. Además, cuenta con el apoyo de "muy buenos amigos en Iberoamérica dispuestos a trabajar también. Entonces, vamos a ver si nos organizamos y lo hacemos".
 
El presidente de honor del PP atribuye el surgimiento de gobiernos de izquierda en América Latina a una "búsqueda de solución, de atajos a la democracia, de atajos al desarrollo", pero afirma que esa es una "tarea histórica" y que requiere de muchos años, y no de cuatro. "Estos movimientos indigenistas son en parte marxistas, en parte revolucionarios, en parte basados en criterios étnicos. Todo eso no es lo que puede conformar sociedades modernas en el presente", explica.

Para el ex presidente del Gobierno las ideas de centroderecha son las que han triunfado y las que han creado más trabajo, más prosperidad y más justicia, pero de las que actualmente en Iberoamérica se está "avergonzado". Para Aznar "el mundo iberoamericano en general tiene dos riesgos". Por un lado, quedar descolgado del mundo desarrollado. En este sentido apunta que "los déficit en niveles de competitividad, tecnológicos, son cada vez más graves". El segundo riesgo es desde el punto de vista político: "La región puede llegar a dividirse entre los países que buscan su pertenencia al primer mundo. Eso es el riesgo del populismo, la vuelta a viejas fórmulas políticas mal pensadas". Como ejemplos pone a Cuba, Venezuela, Bolivia, "tal vez Argentina".

 

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