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Guerra no comparte "el carácter despectivo" con el que se trata a los que defienden la idea de nación y Estado

El dirigente socialista, Alfonso Guerra, que hace unos días comparaba la situación española con la disolución de la URSS, ha dicho no compartir "el carácter despectivo" con el que actualmente se trata a quienes defienden la idea de nación y Estado. Las formaciones nacionalistas catalanas descalificaron las palabras de Guerra. El presidente de la Comisión Constitucional del Congreso es la tercera vez que muestra su desacuerdo público con el Estatuto de Cataluña, sin embargo votó a favor del texto estatutario.  

El dirigente socialista, Alfonso Guerra, que hace unos días comparaba la situación española con la disolución de la URSS, ha dicho no compartir "el carácter despectivo" con el que actualmente se trata a quienes defienden la idea de nación y Estado. Las formaciones nacionalistas catalanas descalificaron las palabras de Guerra. El presidente de la Comisión Constitucional del Congreso es la tercera vez que muestra su desacuerdo público con el Estatuto de Cataluña, sin embargo votó a favor del texto estatutario.  
L D (Agencias) Alfonso Guerra ha realizado estas declaraciones durante el acto de presentación en Madrid de su libro "Dejando atrás los vientos" en que estuvo acompañado por el Alto Comisionado de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo, Gregorio Peces Barba, y el presidente del Congreso, Manuel Marín, que ha asegurado que es "la primera y la última" vez que acude a un acontecimiento de este tipo.  
 
No es la primera vez que manifiesta su descontento público por la situación creada con el Estatuto de Cataluña. Esta semana, Guerra comparó la situación actual de España con el proceso de disolución de la URSS en donde "los dirigentes comunistas, viendo que aquello se disolvía, se envolvieron en las banderas nacionalistas de las repúblicas en que vivirían para seguir manteniendo el poder. Algo de eso, aunque más sutilmente, está sucediendo en España", señaló. Pero, a su juicio, la culpa de esta situación, de esta "fiebre reformadora", reside en el ex presidente José María Aznar. En opinión de Guerra, Aznar consideraba "que una especie de cruzada antinacionalista le va a dar réditos y crea una especie de demonización de los partidos nacionalistas, lo que les induce a éstos a ir más allá de lo que habían pensado nunca".
 
Alfonso Guerra ha votado a favor del Estatuto, a pesar de haber mostrado su desagrado en tres ocasiones. Una de las primeras veces en que manifestó una actitud crítica con el proceso estatutario fue en el diario El País. En una entrevista concedida al periódico de Polanco señaló su desacuerdo con el Estatuto porque "no se atiene a la Constitución". El presidente de la Comisión Constitucional afirmó, en ese momento, que si se admitiese el término nación para definir a Cataluña no sorprendería que algún partido –en referencia a ERC– dijera: "oiga, somos nación, queremos Estado".  
 
Marín defiende la Constitución como un instrumento de debate "muy fuerte"
 
Por su parte, Manuel Marín, en el acto de presentación del libro de su compañero de partido, ha defendido la Constitución española como un instrumento de debate "muy fuerte" y ha asegurado que las instituciones, en general, están haciendo un buen trabajo, al margen de la confrontación política creada en torno al Estatuto de Cataluña. El presidente del Congreso ha subrayado que las instituciones españolas se han enfrentado en los últimos meses a tres cuestiones importantes, frente a las que ha ofrecido una "respuesta adecuada", como son el Plan Ibarretxe, el debate del Estatuto de la Comunidad Valenciana, que partió de un acuerdo entre los dos partidos mayoritarios, y el texto autonómico catalán, en el que "se ha rehecho lo que se tenía que rehacer".

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