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SPLITTER ACABÓ LESIONADO Y NÓ JUGARÁ EL PARTIDO POR EL TERCER PUESTO

El Maccabi arrolla al Tau y se mete en su tercera final consecutiva de la Euroliga (85-70)

No ha podido ser. El Tau Vitoria no ha conseguido recuperarse de la gran desventaja encajada al descanso y ha caído en la semifinal de la Euroliga ante el Maccabi Tel Aviv, un conjunto que se ha mostrado muy superior de principio a fin y que jugará su tercer partido por el título consecutivo. El equipo israelí, comandado por Baston y Parker, no ha concedido opciones a los de Perasovic, en los que los 19 puntos de Scola no han sido suficientes. El Tau, finalmente, no ha podido tomarse venganza de la final del año pasado ante los israelíes. Ahora es el turno del Barcelona, que juega la otra semifinal ante el CSKA de Moscú.

No ha podido ser. El Tau Vitoria no ha conseguido recuperarse de la gran desventaja encajada al descanso y ha caído en la semifinal de la Euroliga ante el Maccabi Tel Aviv, un conjunto que se ha mostrado muy superior de principio a fin y que jugará su tercer partido por el título consecutivo. El equipo israelí, comandado por Baston y Parker, no ha concedido opciones a los de Perasovic, en los que los 19 puntos de Scola no han sido suficientes. El Tau, finalmente, no ha podido tomarse venganza de la final del año pasado ante los israelíes. Ahora es el turno del Barcelona, que juega la otra semifinal ante el CSKA de Moscú.
L D (EFE) Lejos de cobrarse venganza de la derrota sufrida ante el Maccabi Tel Aviv en la última final de la Euroliga, el Tau ha vuelto a tropezar este año con la misma piedra, aunque esta vez en semifinales, hasta el punto de tirar el partido al descanso, arrollado por un rival una vez más muy superior. Cumplidos esos primeros veinte minutos de juego, el vigente campeón ya había dejado claro que todavía estaba a otro nivel que su víctima del 2005, al establecer una diferencia de casi veinte puntos (51-32) imposible de remontar por su rival en la segunda mitad.

El Tau, que para más desgracia perdió en el segundo cuarto por lesión al jugador del que más esperaba, el brasileño Tiago Splitter, se vio arrollado por un Maccabi que desplegó todo tipo de recursos para erigirse en claro favorito al que sería su tercer título consecutivo después de mantener un rumbo irregular durante la temporada. El campeón tomó el mando ya de inicio, con sus pívot como principales bazas ofensivas y una defensa impecable sobre el dúo argentino Pablo Prigioni-Luis Scola que derivó en numerosas pérdidas de balón del conjunto vitoriano.

Anthony Parker asumió rápido el liderazgo de su equipo que, tras un dos más uno del estadounidense, estableció la diferencia a su favor en diez puntos (14-4) cuando tan sólo habían transcurrido cinco minutos de partido. El marcador del Tau demostraba su dificultad para ver aro, así que Velimir Perasovic puso en pista al turco Serkan Erdogan para ver si la cosa mejoraba. Parker, mientras, seguía a lo suyo, ayudado por Nikola Vujcic, un jugador con muy buena mano desde la línea de tres puntos pese a su altura.

El coraje de Erdogan sirvió para que, al menos, el Maccabi no se fuese demasiado lejos antes de la conclusión del primer cuarto (24-17), pero el conjunto israelí arrolló al vasco en el segundo periodo. Parecía que Anthony Parker tenía prisa por finiquitar la contienda, aunque quizá fuese su deseo de relevar a su ex compañero Sarunas Jasikevicius como Jugador Más Valioso de la Final a Cuatro. Un parcial de 9-0 volvió a poner las diferencias por encima de los diez puntos y se dio entonces a un rosario de máximas diferencias a favor del Maccabi para el que el Tau no encontraba freno.

Perasovic, con el marcador en 40-26 (m.16), recurrió al concurso de Sergi Vidal para ver si un jugador de banquillo era capaz de aportar lo que no le daban las piezas básicas del equipo, pero sus planes se le torcieron con la inmediata lesión de Tiago Splitter. Splitter se hizo daño en un brazo y dejó a Luis Scola demasiado desprotegido bajo los aros, con lo que el Maccabi Tel Aviv apretó todavía más el acelerador.

A dos minutos del descanso, Perasovic volvió a mirar al banquillo, esta vez apelando a su compatriota Predrag Drobnjak, quizá soñando con que el pívot rindiese en Praga como se esperaba que lo hiciese toda la temporada en Vitoria. Tampoco fue la solución y, al término de la primera mitad, el marcador reflejaba una diferencia de diecinueve puntos (51-32) que ponía por las nubes el precio a pagar por el Tau para acceder a la final.

Visto lo visto, la cosa sólo podía ir a peor y así fue, con un Maccabi que hacía lo que quería sobre la pista ante un Tau preso de la máxima desesperación y que apenas hallaba más ideas que la de tiros de tres precipitados que lo único que hacían era abrir cada vez más la brecha. En el minuto 25 eran ya los mismos puntos los que separaban a uno y otro equipo (64-37) y, apenas dos minutos después, la barrera que se superaba era la de los treinta (68-37, min.27).

Pinhas Gershon lo vio tan claro que dio paso a rotaciones que de inicio no tenía previstas, con minutos para Yaniv Green con el partido totalmente decidido con todo el último cuarto pendiente de disputarse. Ese periodo final fue para la fiesta hebrea, para que los cerca de 9.000 aficionados del Maccabi viesen recompensada su fidelidad, para que Sharon Shason también dispusiese de minutos y para que el Tau tomase conciencia de que su sueño europeo está lejos de convertirse en realidad mientras el rey de los dos últimos años se aferre de tal modo al trono.

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