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LOS TESTIGOS COINCIDEN EN SU COMPORTAMIENTO EXTRAÑO

La médico residente que mató a tres personas en la Fundación Jiménez Díaz se niega a declarar ante el juez

Los primeros testigos que declararon en el juicio a Noelia De Mingo, la médico residente que supuestamente en estado de enajenación mental mató a tres personas e hirió a siete en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid en 2003, coincidieron este martes en señalar que ésta tenía un comportamiento extraño desde hacía tiempo. La acusada se negó a contestar a ninguna de las preguntas del Tribunal.

Los primeros testigos que declararon en el juicio a Noelia De Mingo, la médico residente que supuestamente en estado de enajenación mental mató a tres personas e hirió a siete en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid en 2003, coincidieron este martes en señalar que ésta tenía un comportamiento extraño desde hacía tiempo. La acusada se negó a contestar a ninguna de las preguntas del Tribunal.

L D (Agencias) Noelia De Mingo se negó a declarar ante el tribunal de la Audiencia Provincial de Madrid que comenzó a juzgarla, mientras que si testificaron cinco de los heridos, personal sanitario del centro hospitalario, quienes se refirieron a la actitud previa de la acusada e incluso uno de ellos aseguró que antes de los hechos había imaginado que la médico residente podría llegar a herirle.

"Tenía una mirada extraña, como desencajada, riéndose todo el rato y me daba miedo", afirmó una testigo, también médico residente del centro sanitario, durante la sesión de este martes, en la que el fiscal pidió 65 años y once meses de prisión para la acusada, informó Efe.

De Mingo, para quien el fiscal reclama 65 años y 11 meses de prisión o su ingreso en un centro cerrado por el mismo periodo de tiempo, permaneció en la Sala con actitud ausente mientras escuchaba las declaraciones de sus ex compañeras de trabajo. La primera en testificar ha sido María Belén A. S, que ha declarado que la actitud de la acusada en las semanas previas al juicio "no era normal" ya que se pasaba el día mirando mal a los pacientes, sacudiéndose la ropa como si la tuviera llena de bichos y escribiendo con el ordenador apagado.

"Daba miedo dirigirse a ella porque te desafiaba con su mirada. Todos teníamos miedo pues veíamos previsible un ataque violento", apuntó la testigo, quien refirió que por estos motivos sus compañeras Leila E.O. (fallecida presuntamente a manos de De Mingo) y María A.V. decidieron dar parte a sus superiores sobre la situación mental de la acusada, como confirmó esta última en el juicio.

Sus compañeras observaron que De Mingo "estaba fatal"

María A.V., que sobrevivió al ataque, relató que a pesar de la denuncia que presentó ante los adjuntos Olga S. y Carlos A. que la acusada sufría delirios, éstos no hicieron nada para remediarlo salvo proponer a De Mingo que se sometiera a una evaluación psiquiátrica "que nunca llegó". Señaló además que la ex médico residente "cambió mucho" entre los meses de diciembre de 2002 y enero de 2003, tiempo en el que empezó a reírse sola y a canturrear "cuando no venía a cuento". "Estaba fatal y esto se veía venir", sentenció la testigo, que añadió que el ataque protagonizado por la encausada fue "de lo más sigiloso".

Otra superviviente del ataque, María Pilar P.M., indicó que cuando observó a la doctora esgrimiendo el cuchillo y clavándolo "hasta el mango" en el cuerpo de sus víctimas, se dirigió a ella con la intención de arrebatarle el arma. "Quise frenar el ataque pero Noelia sujetaba el cuchillo con una fuerza tan brutal que parecía que lo tenía pegado a la mano", ilustró la compareciente.

Otra testigo de los hechos y a la vez víctima de la "furia" de la médico residente de la Jiménez Díaz fue Carmen F.C., una enfermera que recibió diversas puñaladas y que manifestó que en el momento de los hechos sintió "pánico y terror". Además, agregó que la imagen de Noelia de Mingo con el pelo en la cara mientras apuñalaba a sus compañeras y, sobre todo, su mirada, son dos cosas que no se le olvidarán "en la vida".

"Me encontré con ella y me cosió a puñaladas"

Por último habló Carmen M.L., una de las heridas más afectadas, y contó cómo el hecho de haber sido agredida por De Mingo le ha cambiado la vida, ya que apenas no puede caminar y la mano izquierda le ha quedado inútil. "Sólo recuerdo que salí al pasillo, me encontré con ella y me cosió a puñaladas", dijo la testigo, al tiempo que recordaba que desde el 3 de abril de 2003 tiene pesadillas con Noelia esgrimiendo el arma homicida.

Todas las lesionadas por la acción de la encausada coincidieron en señalar que nunca habían recibido amenazas por parte de la médico residente y subrayaron que, en su opinión, el detonante de que Noelia de Mingo cometiera los crímenes fue el hecho de conocer que debía someterse a una evaluación psiquiátrica. El juicio a la doctora continuará el miércoles en la sección decimosexta de la Audiencia madrileña con la declaración de varias personas que presenciaron el ataque.

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