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Nadal revalida su título de Roland Garros al dar otra lección sobre tierra batida a Roger Federer

Rafael Nadal se corona como rey de la tierra batida francesa por segundo año consecutivo. El de Manacor ha dado otra lección de tenis a su principal rival en el circuito profesional, el suizo Roger Federer, que gana todo lo que juega salvo cuando se encuentra con el español, el único que ha logrado encontrar el antídoto para parar al número uno del mundo. Y eso que comenzó cediendo el primer set por 6-1, pero en la segunda manga devolvió el tanteo a su rival, al que acabó hundiendo en las dos siguientes (1-6, 6-1, 6-4 y 7-6 [7-4]). Roland Garros sigue siendo único Grand Slam que le queda por conquistar a Federer.

Rafael Nadal se corona como rey de la tierra batida francesa por segundo año consecutivo. El de Manacor ha dado otra lección de tenis a su principal rival en el circuito profesional, el suizo Roger Federer, que gana todo lo que juega salvo cuando se encuentra con el español, el único que ha logrado encontrar el antídoto para parar al número uno del mundo. Y eso que comenzó cediendo el primer set por 6-1, pero en la segunda manga devolvió el tanteo a su rival, al que acabó hundiendo en las dos siguientes (1-6, 6-1, 6-4 y 7-6 [7-4]). Roland Garros sigue siendo único Grand Slam que le queda por conquistar a Federer.
(Libertad Digital) En tres horas y dos minutos, Nadal se bastó para derrotar a Roger Federer y levantar su segunda copa de Roland Garros por segundo año consecutivo. Es la la sexta victoria en siete enfrentamientos para el español, la quinta consecutiva sobre el suizo, a quien ha condenado a buscar consuelo en Wimbledon, dentro de 15 días. Nadal logró su victoria 60 consecutiva sobre tierra batida, la 24 esta temporada, y la 100 de toda su carrera en esta superficie.
 
A pie de pista, Nadal decía que comenzó el partido muy nervioso y que Federer estaba jugando muy bien. Eso supuso que el suizo se hiciera con la primera manga con un contundente 1-6. “Estaba siendo un buen partido y yo fallando muchísimo. Me ha dado mucha vida ganar el primer juego del segundo set y luego me he metido ya en el partido”, añadió. Tanto es así, que le devolvió el contundente resultado en el segundo parcial. A partir de ahí, las cosas tornaron de color. Un color más favorable para el español, que veía como arrancaba aplausos de los espectadores que aplaudían a su rival cuando éste ganaba puntos.

Era una final histórica, la primera desde 1984 en la que se enfrentaban los números uno y dos del mundo, y resultó de cine para Nadal. Estuvieron presentes en las gradas los Duques de Lugo, que fueron los primeros en felicitarle, junto con el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, y personajes del mundo del cine, como el director español Pedro Almodóvar y la actriz estadounidense Jennifer Aniston.

Federer no sabe cómo ganar a Nadal. Esa es una de las conclusiones del partido, o Nadal es irreductible ante la magia del suizo que ha visto como su gran sueño de lograr sumar por fin el Grand Slam que todavía le sigue faltando. La calidad de Federer merece que su nombre se una a los del australiano Rod Laver (1962-1969) y el estadounidense Donald Budge (1938) que lograron reunir los cuatro grandes el mismo año. Roger podía haber sumado este domingo ese cuarto Slam que le falta aunque hubiera sido en dos temporadas, pero la garra del español se lo impidió, y el suizo sabe que cada vez estará más difícil.

El partido cambiaba totalmente tras el primer set, y Nadal había salido del abismo. Sus golpes volvieron a obtener la profundidad deseada y a retorcerse en el aire para que Federer, agotado inexplicablemente, sufriese. Las estadísticas cambiaron notablemente y así el español acabó con solo dos fallos en ese parcial, mientras que el revés de Federer se convirtió en un pozo sin fondo, con 16 en total. Nadal estaba ya lanzado pero tuvo aún que sufrir un susto de muerte, cuando Federer dispuso de cuatro puntos de ruptura en el cuarto juego del tercer set. Pero ahí el saque del español volvió a funcionar a lo campeón, como en el partido contra el croata Ivan Ljubicic, y dos directos para marcar el 2-2. Fue un aviso porque en el juego siguiente, Federer cedía el suyo y Nadal saboreaba la victoria en ese parcial que confirmó por 6-4.

En el cuarto el momento clave se vivió en el décimo juego. Nadal había roto de entrada y seguía fustigando el revés de Federer. Sacó para ganar el partido y con 30-30, en una gran jugada, la bola de Federer rozó la cinta y Nadal en un sprint portentoso, llegó a tocarla, pero su pié izquierdo rozó la base de la red. El suizo logró quebrarle a continuación, y forzó el desempate. En este tipo juego, de los que Federer no ha perdido ni uno en sus siete finales anteriores del Grand Slam, Nadal estuvo colosal. Siempre fue por delante, robó dos veces el servicio del número uno, y confirmó a la primera oportunidad para lanzarse a la tierra de París y embadurnarse de gloria.

Por su victoria, Nadal recibió un cheque de 940.000 euros y el reconocimiento de que sigue siendo el mejor en tierra por mucho que le duela a Federer. Es el quinto título de la temporada para el español, cuatro de los cuales los ha logrado ante Federer -Dubai, Barcelona, Montecarlo y Roma-. De momento, Federer tendrá que esperar un año más para lograr el único Grand Slam que le falta en su palmarés. Nadal iguala de esta manera con Bruguera y Santana a títulos conseguidos sobre el polvo de ladrillo francés.

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