L D (Europa Press) El pasado miércoles, el presidente de la Confederación de Empresarios de Navarra, José Manuel Ayesa, denunció que varios empresarios navarros habían recibido una nueva remesa de cartas de extorsión de la banda terrorista ETA en la primera quincena de julio. Pocos días después, fuentes de la lucha antiterrorista confirmaban a Europa Press que se trataba de misivas redactadas en junio y echadas al buzón en la primera quincena de julio, con destino a, al menos, empresarios navarros y vizcaínos.
Las cartas de extorsión corresponden a una misma remesa y en ellas se les reclama entre 30.000 y 70.000 euros en un "tono amable". Las misivas van encabezadas por un código alfanumérico que permite identificarlas como de una misma remesa. En ese código, compuesto por más de diez números y letras, se incluye, por ejemplo, un '06', que señala al sexto mes del año, junio, como el momento de su redacción. También lleva dos letras que señalan, en clave, la provincia donde reside el empresario y cuántas cartas ha recibido. Las cartas conocidas de esta última remesa señalan que es la primera que encuentran en su buzón.
Como hizo el Ministerio del Interior cuando se le consultó el pasado miércoles por la existencia de las cartas, la vicepresidenta recordó, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, que "se está realzando una amplísima investigación judicial y policial sobre el tema de la extorsión", en referencia a la operación que sirvió para desarticular una de las varias tramas de la red de extorsión de ETA.
Los socialistas cuestionaron el jueves la existencia de la nueva remesa. El portavoz del PSE, José Antonio Pastor, aseguró tener "dudas razonables" sobre la existencia de esas cartas porque no se ha mostrado públicamente ninguna y porque todavía no existía denuncia ante las Fuerzas de Seguridad. A pesar de esto, el portavoz del PSOE en el Congreso, Diego López Garrido, aseguró que la denuncia pública de la patronal navarra sería "verificada e investigada".
Las primeras cartas de extorsión tras el anuncio de alto el fuego fueron recibidas en abril por el empresariado vasco y navarro y habían sido redactadas en marzo, sin poder determinarse por el código que las encabeza si fue antes o después del 22 de marzo. Con todo, los sellos de Correos demostraban que habían sido echadas al buzón en los primeros días de abril.