LD (EFE) Ese descenso, que la entidad no había sufrido en sus siete años de presencia en España, se debió a la incertidumbre que generó en los ahorradores el escándalo filatélico, que afectó a 400.000 inversores, es decir, el 0,1 por ciento de la población española. A raíz del escándalo filatélico, numerosos pequeños ahorradores empezaron a dudar de las altas rentabilidades pagadas por la banca on-line y optaron por desviar sus ahorros hacia entidades tradicionales. Ese recelo se unió a algunos rumores intencionados que surgieron en el mercado sobre la viabilidad de ING, lo que acabó traduciéndose para la entidad naranja en la pérdida de la mitad de los depósitos que había captado en los doce meses anteriores.
Frente a los temores de los ahorradores, ING siempre ha insistido en que su actividad no tiene nada que ver con la de las sociedades filatélicas y, sobre todo, recuerda que su operativa está sujeta a la estricta supervisión del Banco de España y a la rigurosa normativa que rige a las entidades financieras. Además, sus depósitos están salvaguardados por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), aunque en este caso el de Holanda, de donde es originaria la matriz de ING. Los clientes de las filatélicas no contaban, sin embargo, con ninguna protección ante cualquier problema de solvencia, ni tampoco con la seguridad que dan los reguladores, pues ni siquiera ahora está claro quién debía supervisar estas compañías.
La banca on-line que opera en España se desmarca de las altas rentabilidades que ofrecían tanto Fórum como Afinsa, al recordar que este sector paga sólo uno o dos meses rentabilidades del 6 ó 7 por ciento, mientras que esas sociedades aseguraban astronómicos rendimientos durante años. Ninguno de estos argumentos fue suficiente para muchos clientes de ING Direct que decidieron poner sus fondos a buen recaudo en otras entidades al menos hasta que amainara el temporal. Para paliar cuanto antes la salida de depósitos, ING inició una fuerte campaña de publicidad, que destaca el gran tamaño del Grupo ING en el mundo y difiere mucho de las anteriores, centradas habitualmente en la venta de la Cuenta Naranja.
En sus anuncios, informa de que es el cuarto banco de Europa por beneficios y el sexto por capitalización bursátil, gracias a que opera en 50 países y tiene 60 millones de clientes. Prueba de la necesidad que tenía ING por reforzar su imagen, aseguran las citadas fuentes, es que los otros dos grandes bancos por Internet que operan en España, Openbank y Uno-e, apenas han notado el efecto del escándalo filatélico, gracias a que están respaldados por Santander y BBVA, que al ser más conocidos generan más confianza a los ahorradores.
Según los datos de la AEB, Uno-e redujo en apenas 50 millones de euros los depósitos gestionados, mientras que Openbank incluso salió reforzado, con un incremento de 100 millones en mayo, aunque todavía sigue a gran distancia de ING. Además de la campaña de imagen, el banco naranja anunció pocas semanas después del escándalo filatélico un importante cambio de estrategia: abrirá varias grandes sucursales en algunas ciudades de España para asesorar a los clientes "en los momentos de la verdad", como la contratación de una hipoteca o la planificación de la jubilación. En el momento del anuncio, el máximo responsable de la entidad, César González Bueno, aseguró que esta decisión no está relacionada con el escándalo filatélico, puesto que poner en marcha una iniciativa de estas características requiere más que varias semanas.
En todo caso, el sector financiero explica que ING se ha visto obligado a abrir alguna oficina para evitar el recelo que provoca en muchos ahorradores el hecho de no tener una oficina física a la que acudir en caso de encontrarse con algún problema. Los datos conocidos este miércoles y revelan las primeras incidencias del escándalo filatélico en el sistema financiero, según fuentes del sector, que no descartan nuevos efectos, incluso positivos, como podría ser que el ahorro que hasta ahora captaban mensualmente las filatélicas pase a engrosar las cuentas de bancos, cajas y aseguradoras.
Frente a los temores de los ahorradores, ING siempre ha insistido en que su actividad no tiene nada que ver con la de las sociedades filatélicas y, sobre todo, recuerda que su operativa está sujeta a la estricta supervisión del Banco de España y a la rigurosa normativa que rige a las entidades financieras. Además, sus depósitos están salvaguardados por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), aunque en este caso el de Holanda, de donde es originaria la matriz de ING. Los clientes de las filatélicas no contaban, sin embargo, con ninguna protección ante cualquier problema de solvencia, ni tampoco con la seguridad que dan los reguladores, pues ni siquiera ahora está claro quién debía supervisar estas compañías.
La banca on-line que opera en España se desmarca de las altas rentabilidades que ofrecían tanto Fórum como Afinsa, al recordar que este sector paga sólo uno o dos meses rentabilidades del 6 ó 7 por ciento, mientras que esas sociedades aseguraban astronómicos rendimientos durante años. Ninguno de estos argumentos fue suficiente para muchos clientes de ING Direct que decidieron poner sus fondos a buen recaudo en otras entidades al menos hasta que amainara el temporal. Para paliar cuanto antes la salida de depósitos, ING inició una fuerte campaña de publicidad, que destaca el gran tamaño del Grupo ING en el mundo y difiere mucho de las anteriores, centradas habitualmente en la venta de la Cuenta Naranja.
En sus anuncios, informa de que es el cuarto banco de Europa por beneficios y el sexto por capitalización bursátil, gracias a que opera en 50 países y tiene 60 millones de clientes. Prueba de la necesidad que tenía ING por reforzar su imagen, aseguran las citadas fuentes, es que los otros dos grandes bancos por Internet que operan en España, Openbank y Uno-e, apenas han notado el efecto del escándalo filatélico, gracias a que están respaldados por Santander y BBVA, que al ser más conocidos generan más confianza a los ahorradores.
Según los datos de la AEB, Uno-e redujo en apenas 50 millones de euros los depósitos gestionados, mientras que Openbank incluso salió reforzado, con un incremento de 100 millones en mayo, aunque todavía sigue a gran distancia de ING. Además de la campaña de imagen, el banco naranja anunció pocas semanas después del escándalo filatélico un importante cambio de estrategia: abrirá varias grandes sucursales en algunas ciudades de España para asesorar a los clientes "en los momentos de la verdad", como la contratación de una hipoteca o la planificación de la jubilación. En el momento del anuncio, el máximo responsable de la entidad, César González Bueno, aseguró que esta decisión no está relacionada con el escándalo filatélico, puesto que poner en marcha una iniciativa de estas características requiere más que varias semanas.
En todo caso, el sector financiero explica que ING se ha visto obligado a abrir alguna oficina para evitar el recelo que provoca en muchos ahorradores el hecho de no tener una oficina física a la que acudir en caso de encontrarse con algún problema. Los datos conocidos este miércoles y revelan las primeras incidencias del escándalo filatélico en el sistema financiero, según fuentes del sector, que no descartan nuevos efectos, incluso positivos, como podría ser que el ahorro que hasta ahora captaban mensualmente las filatélicas pase a engrosar las cuentas de bancos, cajas y aseguradoras.