L D (EFE) España dominó con cierta soltura la primera parte, pero no pudo romper el partido. El equipo de Pepu Hernández saltó a la pista dispuesto a medirse contra un futuro rival en el Mundial de Japón y pronto constató su superioridad. Con una buena actividad defensiva, España se encontró cómoda en el contraataque y algo más encorsetada en situaciones de ataque estático. La rápida rotación del técnico español permitió a la selección mantener un buen ritmo pero dejó sin continuidad a jugadores entonados como Carlos Cabezas.
Los centímetros de Pau Gasol y Felipe Reyes se impusieron sin esfuerzo bajo los aros pero la anarquía del juego angoleño, pese a perder por lesión a Muzadi, desordenó un tanto las ideas españolas y le permitió llegar al descanso con una desventaja asumible (44-37, m.20). La reanudación del choque dio paso al despegue español. Sergio Rodríguez dio aire fresco al juego español que aprovechó los buenos movimientos de Gasol cerca del aro (59-44, m.26). Además, al rebajar la frecuencia de los cambios, Pepu Hernández consiguió asentar el juego de los suyos.
Angola desapareció paulatinamente de la pista y sólo alguna acción individual de Cipriano rompió la línea de trabajo de la selección, que esta vez no tuvo problemas para neutralizar la defensa zonal con la que el equipo africano trató de cortarle el ritmo. José Manuel Calderón hizo que el balón circulara con rapidez y él mismo fue quien con un par de triples terminó de minar la moral angoleña. Los últimos minutos fueron un mero trámite pero España no desconectó y no dejó que el choque se le escapara de las manos, algo complicado con una ventaja que rondó en ocasiones los treinta puntos.
Los centímetros de Pau Gasol y Felipe Reyes se impusieron sin esfuerzo bajo los aros pero la anarquía del juego angoleño, pese a perder por lesión a Muzadi, desordenó un tanto las ideas españolas y le permitió llegar al descanso con una desventaja asumible (44-37, m.20). La reanudación del choque dio paso al despegue español. Sergio Rodríguez dio aire fresco al juego español que aprovechó los buenos movimientos de Gasol cerca del aro (59-44, m.26). Además, al rebajar la frecuencia de los cambios, Pepu Hernández consiguió asentar el juego de los suyos.
Angola desapareció paulatinamente de la pista y sólo alguna acción individual de Cipriano rompió la línea de trabajo de la selección, que esta vez no tuvo problemas para neutralizar la defensa zonal con la que el equipo africano trató de cortarle el ritmo. José Manuel Calderón hizo que el balón circulara con rapidez y él mismo fue quien con un par de triples terminó de minar la moral angoleña. Los últimos minutos fueron un mero trámite pero España no desconectó y no dejó que el choque se le escapara de las manos, algo complicado con una ventaja que rondó en ocasiones los treinta puntos.