L D (EFE) Jan Fitschen, un desconocido corredor alemán con marca personal de 28:19.57, arrebató la medalla de oro en la final europea de 10.000 metros a los españoles Chema Martínez (defensor del título) y Juan Carlos de la Ossa, que habían soñado con jugarse la victoria en un mano a mano.
Soñaban con quedarse solos a falta de dos kilómetros para jugarse el título pero los tres españoles -también estaba Ricardo Serrano- no acertaron a endurecer la carrera lo suficiente para espantar a molestos merodeadores que, como hizo el alemán, podían resultar peligrosos al final si el ritmo era superior a los 28 minutos.
De la Ossa empezó desde la primera vuelta a trabajar, tirando, para conseguirlo. Chema Martínez era el defensor del título, pero el teórico favorito, si no se resentía de su fascitis plantar, era el conquense, líder europeo del año con la marca de 27:50.11 que le dio el título español.
Fue una carrera sin tropiezos gracias a De la Ossa. Chema y Serrano, arropados en el grupo, no daban señales de vida.
A 17 vueltas del final, De la Ossa lanzó un ataque seco al que respondió el belga Monder Rizki, de origen magrebí, y luego, cuando cedió en su impulso, el ucraniano Sergiy Lebid, Chema, Serrano y los demás. La carrera marchaba a tirones, al estilo africano.
De la Ossa pasó el quinto kilómetro en 14:16:80 con el pelotón agrupado y Lebid siempre vigilante. En ese punto Serrano pagó su cuota en cabeza aunque rápidamente le relevó otra vez el pequeño conquense. Martínez siguió sin dar la cara hasta el sexto kilómetro, cuando los tres españoles se pusieron al frente.
A los dos últimos kilómetros llegaron juntos nueve atletas, incluidos los tres españoles. La táctica conjunta no había funcionado. El suizo Christian Belz descartó a Lebid con un acelerón a 3 vueltas y volvió a la carga media vuelta después. Chema y De la Ossa aguantaron tras él, pero en el último momento surgió el tapado, Jan Fitschen, que se llevó la gloria en un furioso esprint.
Soñaban con quedarse solos a falta de dos kilómetros para jugarse el título pero los tres españoles -también estaba Ricardo Serrano- no acertaron a endurecer la carrera lo suficiente para espantar a molestos merodeadores que, como hizo el alemán, podían resultar peligrosos al final si el ritmo era superior a los 28 minutos.
De la Ossa empezó desde la primera vuelta a trabajar, tirando, para conseguirlo. Chema Martínez era el defensor del título, pero el teórico favorito, si no se resentía de su fascitis plantar, era el conquense, líder europeo del año con la marca de 27:50.11 que le dio el título español.
Fue una carrera sin tropiezos gracias a De la Ossa. Chema y Serrano, arropados en el grupo, no daban señales de vida.
A 17 vueltas del final, De la Ossa lanzó un ataque seco al que respondió el belga Monder Rizki, de origen magrebí, y luego, cuando cedió en su impulso, el ucraniano Sergiy Lebid, Chema, Serrano y los demás. La carrera marchaba a tirones, al estilo africano.
De la Ossa pasó el quinto kilómetro en 14:16:80 con el pelotón agrupado y Lebid siempre vigilante. En ese punto Serrano pagó su cuota en cabeza aunque rápidamente le relevó otra vez el pequeño conquense. Martínez siguió sin dar la cara hasta el sexto kilómetro, cuando los tres españoles se pusieron al frente.
A los dos últimos kilómetros llegaron juntos nueve atletas, incluidos los tres españoles. La táctica conjunta no había funcionado. El suizo Christian Belz descartó a Lebid con un acelerón a 3 vueltas y volvió a la carga media vuelta después. Chema y De la Ossa aguantaron tras él, pero en el último momento surgió el tapado, Jan Fitschen, que se llevó la gloria en un furioso esprint.