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García Bragado logra la medalla de plata bajo el diluvio en la prueba de los 50 km marcha

El español Jesús Ángel García Bragado consiguió este jueves en Gotemburgo, con 36 años, su octava medalla en alta competición bajo el diluvio por detrás del francés Yohan Diniz, un advenedizo entre la elite de la marcha, que ganó los 50 kilómetros en 3h.41:39. García Bragado llegó a la meta en 3h42:46 y el noruego Trond Nymark, que había hecho casi 20 kilómetros solo en cabeza, terminó fuera del podio. El bronce fue para el ruso Yuri Andronov.

El español Jesús Ángel García Bragado consiguió este jueves en Gotemburgo, con 36 años, su octava medalla en alta competición bajo el diluvio por detrás del francés Yohan Diniz, un advenedizo entre la elite de la marcha, que ganó los 50 kilómetros en 3h.41:39. García Bragado llegó a la meta en 3h42:46 y el noruego Trond Nymark, que había hecho casi 20 kilómetros solo en cabeza, terminó fuera del podio. El bronce fue para el ruso Yuri Andronov.
L D (EFE) El donostiarra Mikel Odriozola, cinco veces campeón de España y cuarto en los Europeos de Budapest 98, redondeó el éxito español con un magnífico quinto puesto en 3:46.34. Dos días después del triunfo de Paquillo Fernández en 20 kilómetros, la marcha española volvió a triunfar en Gotemburgo.

Diniz, de 28 años, descalificado el año pasado en los Mundiales de Helsinki, consiguió bajo un furioso aguacero el triunfo más prestigioso de su vida y la séptima victoria de la temporada en otras tantas competiciones. Bragado, con tres medallas en Mundiales (incluida la de oro en Stuttgart 93), otras tantas en Copa del Mundo y el bronce europeo de Múnich 2002, se regaló este jueves un nuevo éxito en el que puede ser su último europeo. En Barcelona 2010 tendría 40 años. El tercer español, Alejandro Cambil salió fugazmente al frente del grupo, con Mikel Odriozola, y terminó abandonando la prueba, mientras que el experto García Bragado se lo tomó con más calma.

Denis Nizhegorodov, el favorito para el polaco Robert Korzeniowski (entrenador de Paquillo), dejó en el segundo kilómetro que hiciera el gasto su compañero Yuri Andronov, que formó arriba un grupo de nueve en el que estaba Odriozola. García Bragado, en solitario, fue en su busca y los alcanzó poco antes del décimo kilómetro que se pasó en 46:21. Nizhegodorov ya tenía dos avisos.

Pasada la primera hora de marcha (1h15), García Bragado, Odriozola y el polaco Gregorz Sudol perdieron contacto con el grupo delantero, que comandaba Nymark (cuarto en los Mundiales de Helsinki 2005), y acto seguido el favorito Nizhegorodov fue descalificado. Arriba quedaron seis, que pasaron el km. 20 en 1h30:57. García Bragado pasó a 19 segundos y Odriozola con Sudol a 21. Nymark se adelantó con el italiano Alex Schwazer, antiguo esquiador, jugador de hockey hierba y ciclista, que entró en la escena atlética con su medalla de bronce en los Mundiales de Helsinki 2005.

El bielorruso Andrei Stepanchuk, con dos avisos, alcanzó a los fugados en el km.24 y el multifacético italiano cedió en el 25. Salió el sol, y el calor húmedo, presagio de la tormenta, empezaba a molestar. Nymark, con pelo en todo el cuerpo excepto en la cabeza, seguía impasible junto al amenazado bielorruso, al que dejó atrás en el km.29. El hundimiento de Stepanchuk lo aprovechó el Yohan Diniz para colocarse segundo por el km.30. El ruso Vladimir Kanaykin, surgiendo desde atrás, se incorporó al grupo de García Bragado. A 15 km. del final Nymark (2h35:51) tenía 41 segundos de ventaja sobre Diniz y 1:32 sobre el cuarteto formado por Kanaykin, Bragado, el polaco Roman Magdziarczyk y otro ruso, Yuri Andronov. Odriozola marchaba séptimo a más de tres minutos del líder.

Una tromba de agua descargó sobre el circuito anexo al estadio Ullevi cuando los primeros marchadores estaban en el km.40 y ya los acompañó hasta el final. García Bragado, campeón mundial en 1993, había progresado hasta el tercer puesto, a un minuto de Diniz. La lluvia y el estruendo de los truenos parecieron estimular al francés, que alcanzó al noruego justo en el km.44 y le dejó tirado. Nymark vio como García Bragado le comía el terreno aceleradamente y al entrar en la última vuelta de dejaba, igualmente, clavado. Diniz daba saltos de alegría en la meta cuando García Bragado, con una bandera española en la mano, cruzaba la línea no menos exultante.
 
 

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