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El Sevilla baja de la nube al Barcelona y se adjudica la Supercopa de Europa por la puerta grande (0-3)

Se cumplieron las profecías de José María del Nido porque el Sevilla le dio un repaso en Mónaco al campeón de Europa, el FC Barcelona, para adjudicarse la Supercopa de Europa por primera vez en su historia, convirtiéndose en el cuarto equipo español que logra este título. Pese a partir con el cartel de "víctima", el equipo andaluz dio una gran lección de fútbol y pasó por encima de su rival. Renato, Kanouté y Maresca, de penalti, fueron los autores de los goles.
- Así les hemos narrado el Barcelona-Sevilla

Se cumplieron las profecías de José María del Nido porque el Sevilla le dio un repaso en Mónaco al campeón de Europa, el FC Barcelona, para adjudicarse la Supercopa de Europa por primera vez en su historia, convirtiéndose en el cuarto equipo español que logra este título. Pese a partir con el cartel de "víctima", el equipo andaluz dio una gran lección de fútbol y pasó por encima de su rival. Renato, Kanouté y Maresca, de penalti, fueron los autores de los goles.- Así les hemos narrado el Barcelona-Sevilla
(Libertad Digital) El Sevilla había advertido en dos ocasiones y, a la tercera, Renato no perdonó al rematar a puerta vacía un despeje de Valdés a tiro previo de Luis Fabiano, que había encarado en solitario al guardameta barcelonista (m.7). La fuerte presión que impuso el equipo de Juande Ramos en el centro del campo, donde acumuló a la mayoría de sus jugadores, se demostró no sólo acertada, sino también eficaz y rápida en su aplicación con el tanto del brasileño.

Los sevillistas asfixiaron la construcción del Barcelona y dejaron huérfano de balón al temido tridente azulgrana formado por Messi, Ronaldinho y Eto'o. Además, el gol sirvió para que, apenas iniciado el partido, el campeón de la Copa de la UEFA tuviese argumentos para depositar toda su confianza en la táctica del contragolpe. Ronaldinho tenía que batallar con un marcaje de hasta cuatro rivales cuando el balón se acercaba a sus inmediaciones, así que rápidamente optó por dejarle la banda izquierda a Eto'o para que al menos el camerunés dispusiese de espacios, mientras él se situaba en la punta de ataque. Los azulgrana se hicieron con el control del balón ante un Sevilla que retrocedió muchos metros para hacer bueno el 0-1.

Leo Messi entró también en la rotación de posiciones en la delantera, pero tampoco encontraba huecos, algo que también buscaba Luis Fabiano en la defensa adelantada barcelonista. Ronaldinho lo intentó a la media hora de partido con uno de sus regates de fantasía, con posterior servicio al interior del área a Samuel Eto'o, pero el camerunés cayó una vez más víctima de la concentración de los centrales sevillistas. El Barcelona vio que el brasileño era una vez más el arma al que aferrarse y le buscó insistentemente, pero tampoco podía con el entramado defensivo andaluz y hasta Xavi se apuntó a alinearse en la punta de ataque para ver si el rival se despistaba.

Lo del Sevilla era otra cosa, era apretar atrás y buscar a Luis Fabiano entre líneas o, en su defecto, la cabeza de Kanouté, apuesta esta última que también se demostró acertada con un segundo tanto para el conjunto de Juande Ramos en el último minuto de la primera mitad. El delantero de Mali aprovechó una mala salida de Víctor Valdés para golpear de espaldas y superar por alto al guardameta catalán, con lo que los sevillistas se fueron al descanso con un inesperado 0-2 que les convertía a partir de entonces en claros favoritos al título.

La segunda parte comenzó con una nueva muestra de la fragilidad exhibido durante buena parte del encuentro por la defensa del Barcelona, aunque Poulsen tardó en esta ocasión demasiado en rematar y permitió que Puyol y compañía se le echaran encima. A medida que el equipo de Rijkaard tuvo que lanzarse al ataque con menos orden, al Sevilla le costaba menos brillar en ataque, aunque el primero en hacerlo no fue el sustituto de Luis Fabiano al descanso, Martí, sino Jesús Navas por la banda derecha. La respuesta de Rijkaard fue la de aumentar los efectivos en la delantera con la entrada de Gudjohnsen por Motta, al tiempo que realizó también un cambio natural en el centro del campo como es el de Iniesta por Xavi. El islandés comenzó pronto a disponer de ocasiones, quizá por ser un modelo de atacante diferente a los que hasta entonces había alineado el Barcelona.

Sin embargo, a los azulgrana les podía caer el tercer gol en cualquier momento, como estuvo a punto de suceder en el minuto 66, cuando Renato envió fuera un remate de cabeza que le puso en bandeja Víctor Valdés con una nueva salida en falso. Messi lo intentó con sus desbordes y caracoleos, mientras que Rijkaard se jugó la última carta y puso en el campo a Giuly, un extremo, para sentar a un lateral como Sylvinho. El recurso final fueron los tiros lejanos, primero de Eto'o y después de Messi, pero el único que encontró portería nuevamente fue el Sevilla, que en el último minuto firmó el definitivo 0-3 con un penalti transformado por Maresca que acababa, por lo pronto, con la supremacía barcelonista en el inicio de campaña y en puertas de la primera jornada de Liga que, a partir de ahora, deja de ser monocolor.
 
 
Ficha técnica del partido

FC Barcelona, 0: Valdés; Belletti, Puyol, Márquez, Sylvinho (Giuly, m.72); Motta (Gudjohnsen, m.57), Xavi (Iniesta, m.57), Deco; Messi, Ronaldinho y Eto'o
Sevilla FC, 3: Palop; Dani Alves, Javi Navarro, Escudé, David; Poulsen, Renato, Jesús Navas (Maresca, min.75), Adriano (Puerta, m.80); Kanouté y Luis Fabiano (Martí, m.46).

Goles: 0-1, m.7: Renato; 0-2, m.44: Kanouté; 0-3, m.89: Maresca, de penalti
Árbitro: Stefano Farina (Italia). Mostró tarjeta amarilla a Sylvinho (m.47), por parte del Barcelona; y a Kanouté (m.48), Dani Alves (m.54), Javi Navarro (m.59), Palop (m.76), Escudé (m.84) y Maresca (m.90), por el Sevilla
Incidencias: Partido de la XXXII Supercopa de Europa disputado en el estadio Louis II de Mónaco ante más 20.000 aficionados. El Príncipe Alberto de Mónaco presidió el encuentro en un palco que también contó con la presencia del Secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetsky, así como con el presidente del Parlamento de Cataluña, Ernest Benach. La entrega de trofeos correspondió al máximo dirigente de la UEFA, el sueco Lennart Johansson

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