LD (Europa Press) El Gobierno considera que Clos tiene el perfil idóneo para culminar la labor de su predecesor, José Montilla, en un Ministerio con muchas atribuciones, que abarca áreas muy diversas, la mayoría sin nexos en común (energía, telecomunicaciones, comercio, turismo) difícil de gestionar y en el que tras dos años de mandato quedan bastantes frentes abiertos.
Joan Clos desembarcará en Industria justo cuando se cumple un año de la OPA de Gas Natural sobre Endesa, lanzada el 5 de septiembre de 2005, que el presidente de la gasista, Salvador Gabarró, comparó de forma poco afortunada con un embarazo que se reveló enseguida como indeseado y que provocó que cuatro meses después, en febrero de 2006, surgiera otro pretendiente con más recursos: el grupo alemán E.On.
Esta operación empresarial, fuertemente politizada casi desde el principio y que ha ocasionado un serio desgaste a Montilla y, en menor medida, al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, sigue estancada y sin ver un desenlace inminente, si bien en el mercado subyace la impresión de que E.On se acabará llevando el gato al agua.
Los responsables energéticos del Gobierno esperaban la resolución de la OPA para abordar la liberalización del sector, conscientes de que a partir de dicha operación el sector eléctrico español dejará de ser el mismo. Eso hizo que el "libro blanco" del sector, encargado por Montilla al catedrático Pérez Arriaga, haya quedado prácticamente en el limbo, y que las medidas adoptadas hasta la fecha no hayan dejado de ser consideradas como provisionales, exceptuando la supresión de los polémicos Costes de Transición a la Competencia (CTC's).
De ahí que el reto más urgente, según expertos consultados, es avanzar en la liberalización del sector eléctrico, después de que Montilla haya intentado "taponar" la sangría del déficit de tarifas con una medida provisional que limita el precio del mercado mayorista de electricidad a 42,35 euros por megavatio/hora (MWh) a empresas generadoras y comercializadoras del mismo grupo.
En el sector de las telecomunicaciones, está pendiente la adopción de medidas que impulsen la aparición de los operadores móviles virtuales (OMV), empresas mal vistas por los operadores actuales porque pueden arañarles cuota de mercado y a las que deben alquilar sus redes a precios razonables para que puedan realizar su actividad.