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Un amigo del secuestrador de Natascha Kampusch revela que conoció a la niña a mediados de julio

La Policía austriaca espera retomar este miércoles los interrogatorios a Natascha Kampusch, la niña que estuvo secuestrada durante ocho años. Éstos se están llevando a cabo en secreto. No tan oculto ha sido lo manifestado por Ernst Holzapfel, amigo y colega de Wolfgang Priklopil. Éste ha comunicado que conoció a mediados de julio a Natascha. Por u parte, Josef Jantschek, vecino del raptor, ha informado de que vio a la niña en el jardín y en el coche del captor varias veces. "Tenía una actitud amable, pero estaba muy pálida", indicó Jantschek.

La Policía austriaca espera retomar este miércoles los interrogatorios a Natascha Kampusch, la niña que estuvo secuestrada durante ocho años. Éstos se están llevando a cabo en secreto. No tan oculto ha sido lo manifestado por Ernst Holzapfel, amigo y colega de Wolfgang Priklopil. Éste ha comunicado que conoció a mediados de julio a Natascha. Por u parte, Josef Jantschek, vecino del raptor, ha informado de que vio a la niña en el jardín y en el coche del captor varias veces. "Tenía una actitud amable, pero estaba muy pálida", indicó Jantschek.
L D (Europa Press) Los interrogatorios, que se están llevando a cabo en un lugar secreto, están haciendo hincapié en lo sucedido el 2 de marzo de 1998, cuando Natascha Kampusch fue secuestrada en una calle de Viena de camino a la escuela, según informó el investigador federal Gerhard Lang.
 
Lang puntualizó que se iban a tomar todas las precauciones para preservar la privacidad de Natascha Kampusch, tal como ella solicitó en una carta leída por un psicólogo en la que advertía que no se iban a revelar algunos detalles privados a los medios de comunicación. "Todo sucederá de la forma que ella quiera", anunció el portavoz de la Policía, Armin Halm.
 
Presentada a un amigo
 
Natascha Kampusch había sido presentada a mediados de julio pasado por su secuestrador, Wolfgang Priklopil, a un amigo y colega suyo, Ernst Holzapfel, sin que éste la reconociera. Así lo relató hoy Holzapfel en rueda de prensa en Viena, tras reconocer que se encuentra bajo "shock" desde que salió a la luz, la semana pasada, la historia de Natascha y el suicidio de su amigo Wolfgang.

Cuando Priklopil, un técnico de electricidad de 44 años, fue a ver a su amigo, gerente de una empresa constructora, para que éste le prestara un remolque para su automóvil, le recibió acompañado de Natascha, de 18 años. "Cuando abrí la puerta me presentó a la joven mujer como una conocida sin indicar ningún nombre", informó Holzapfel a la prensa.

"Estoy totalmente consternado ante los hechos", dijo. Asimismo comunicó que en los últimos ocho años visitaba a su amigo en su casa, en la localidad de Strasshof, cercana a Viena, sin la más mínima sospecha de que allí mantuviera recluida a Natascha. "Nada fuera de lo normal" le llamó la atención en esas visitas, según subrayó.

Holzapfel relató también como el pasado miércoles, el día en que Natascha se liberó escapando a una casa vecina desde donde se alertó a la Policía, Priklopil le llamó pidiéndole ayuda. Al teléfono, tras comunicarle el lugar donde se encontraba (un centro comercial de Viena), le dijo: "por favor, ven a buscarme. Es una emergencia. Ven por favor inmediatamente".

Holzapfel respondió positivamente y fue a recogerle en su coche, donde Priklopil le instó a apagar inmediatamente su teléfono móvil para poder hablar sin interrupciones. Según su amigo, el secuestrador estaba muy nervioso y le dijo que estaba huyendo de un control policial porque había bebido alcohol. "Intenté tranquilizarle cambiando de tema, hablando de cuestiones de trabajo".

Pocas horas después, Holzapfel fue llamado por la Policía para que acudiera a identificar el cuerpo de su amigo, que se había suicidado arrojándose a las vías de un tren de cercanías. "A la señorita Kampusch le deseo lo mejor y que encuentre su camino en la vida", dijo Holzapfel.

Vista por otro vecino
 
Por su parte, un vecino de la casa en la que se produjo el secuestro, Josef Jantschek, afirmó que vio a la niña y al secuestrador en el jardín de la casa o en el coche varias veces en los últimos meses. "Tenía una actitud amable, pero estaba muy pálida", afirmó Jantschek, añadiendo que le parecía extraño que la niña entrara siempre por el garaje.
 
La Policía inspeccionó el pasado martes de nuevo el lugar del secuestro para asegurarse de que no existían más zulos en los que pudiera haber escondido a otras víctimas. Por su parte, los investigadores aseguran que el ADN de Priklopil no estaba registrado en la base de datos de criminales del país.
 
El Ministerio de Justicia austriaco aseguró que se endurecerían las penas por secuestro, ya que si Priklopil no se hubiese suicidado, se habría enfrentado a un máximo de 10 años.

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