(Libertad Digital) La selección española no ha terminado de superar la decepción de la eliminación del Mundial de Alemania. No ayudó mucho el triste empate sin goles cosechado ante Islandia en medio de agosto y, aunque se goleó a Liechtenstein en el primer encuentro de la fase de clasificación para la Eurocopa de 2008, España no dejó buenas sensaciones. Todavía podía ser peor y así fue. España cayó el miércoles pasado en el segundo partido de la previa al campeonato de Europa ante Irlanda del Norte (3-2). El equipo empeoró más todavía y el resultado no es más que la consecuencia lógica del empobrecimiento de su juego.
A Luis Aragonés le llovían palos por todos sitios y este lunes no ha tenido más remedio que presentar su dimisión. Pero de mentira. La RFEF rechazaba inmediatamente su petición y él se daba acto seguido 48 horas de reflexión. No le han hecho falta ni diez horas para cambiar otra vez de opinión. El Sabio de Hortaleza le ha comunicado a Ángel María Villar, presidente de la Federación, que sigue al frente de la selección.