LD (Agencias) El Comité Internacional para la Democracia en Cuba (CIDC), creado en 2003 por los ex presidentes Vaclav Havel, José María Aznar y Lech Walesa, entregó al secretario general de la OEA, José Manuel Insulza, través de una delegación, un documento en el que reiteran "nuestra preocupación por los recientes acontecimientos que han derivado en cambios en la cúpula del poder comunista en Cuba".
Los firmante consideran que este cambio es "superficial" y que se corre el riesgo de "caer en la confusión y de revivir un régimen que viola los derechos humanos". Para los ex gobernantes, "ese panorama no es sinónimo de transformación del estado totalitario, sino simplemente una sucesión del poder totalitario", y hacen un llamamiento al gobierno de Cuba "para que propicie una apertura democrática, para que sean liberados todos los presos políticos y se convoquen elecciones libres".
Además, los ex líderes temen por que Oswaldo Payá Sardiñas, Martha Beatriz Roque, Vladimiro Roca, Elizardo Sánchez Santa Cruz, o las Damas de Blanco, vistos como "la esperanza para un cambio no violento en la isla", que puedan "ahora más que nunca, convertirse en víctimas del régimen, temeroso de su futuro, y que continúa encarcelando a opositores y periodistas independientes".