(Libertad Digital) Cuando la inflación comienza a dejar de ser un problema, por la caída internacional de los precios del crudo, en Europa como en la OCDE, el Banco Central Europeo tiene otros motivos para subir los tipos de interés. Uno de ellos es el aumento de la masa monetaria, que comenzó a moderar su vivo crecimiento en junio y julio, pero que en agosto ha dado un nuevo susto a la entidad reguladora, al acelerarse hasta el 8,2 por ciento del M3.
El objetivo de inflación de la eurozona queda fijado en el 2 por ciento y los datos de septiembre registraron el 1,8. Pero de sus estrategias para controlar la inflación la más importante es la evolución de la masa monetaria, en una definición amplia, el M3, que no debe alejarse del 4,5 por ciento y los últimos datos, de agosto, marcan el 8,2, acelerándose desde los meses previos.
Otra de las circunstancias que ha motivado una nueva subida de tipos es la recuperación de la economía europea, que el BCE ve asentada sobre "bases sólidas". Con un crecimiento al alza, no son tan necesarios unos tipos de interés bajos. Pero hay más, ese crecimiento tiene sus riesgos, y el principal proviene del endeudamiento. Especial consideración le merece el caso de España, que ve como "insostenible".
El mercado hipotecario español, en concreto, sigue disparado. Aunque el crecimiento del endeudamiento con garantía hipotecaria se ha moderado en los últimos meses, sigue creciendo a buen ritmo. Y ello, con unos tipos de interés claramente al alza. En el último año, el tipo utilizado por la práctica totalidad de los contratos como referencia, el Euribor, ha subido casi un 70 por ciento.