LD (EFE) China aceptó el pasado martes por primera vez la imposición de sanciones a Corea del Norte por su desafío a la comunidad internacional. Japón ya ha efectuado sanciones económicas y el presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, ha advertido al régimen totalitario de que "se reserva todas las opciones para defender a nuestros amigos en la región". El régimen no se ha quedado callado. Ha amenazado con que si simplemente la ONU impone sanciones que Pyongyang considere "a gran escala", lanzará una guerra.
Todo ello impone un difícil equilibrio. Pero por lo que se refiere a China, el régimen dictatorial ya ha advertido de que no tolerará acciones de carácter militar. "Debemos observar qué medidas o acciones van a ser benéficas para la desnuclearización y la paz en la región. Hablamos de una completa resolución con un amplio abanico de contenidos muy complejos. No puedo comentar los artículos específicos, pero las medidas tienen que ser beneficiosas" para el diálogo, considera Liu.
Las resoluciones basadas en el Capítulo VII dan al Consejo de Seguridad amplios poderes de acción, entre ellos militares, pero no todos los artículos de dicho capítulo, entre ellos el 47, autorizan el uso de la fuerza militar. Respecto al tipo de castigo que hay que aplicar a Pyongyang, Liu señala que "cada uno tiene un punto de vista distinto", y añadió que "ahora es necesario expresar claramente al Norte que el ensayo fue un error y que no será aceptado por la comunidad internacional".
En cuanto a la exigencia de Pyongyang de mantener un diálogo directo con Washington, rechazada por el presidente George W. Bush pero defendida, por primera vez, por el secretario general de la ONU, Kofi Annan, Liu se mostró favorable. "Desde el inicio de la crisis creemos que EEUU y Corea del Norte son los principales implicados. Si ambos pueden reforzar su diálogo y consultas sobre algunas cuestiones, esto ayudará a reforzar su confianza y aminorar las diferencias". Por otro lado, "si hay dificultades para este diálogo directo, creemos que el formato a seis (entre ambas Coreas, EEUU, Rusia, Japón y China) es la mejor oportunidad para comunicarse y la forma más efectiva para resolver esta crisis".
Liu ha reconocido que China mantiene consultas con todas las partes, entre ellas Corea del Norte, y reiteró que se opone a un segundo ensayo nuclear, amenaza blandida de nuevo ayer por Pyongyang contra EEUU. "Corea debe frenar cualquier acción que pueda empeorar la situación", dice Liu, que apunta: "Esperamos que las otras partes adopten en su reacción medidas apropiadas para el diálogo".
Respecto a las dimensiones de la prueba nuclear del lunes, sobre la que Washington y París expresaron sus dudas de que realmente se tratara de material atómico, Liu reitera que China "hasta el momento no ha hallado ningún efecto de radiactividad del test nuclear". En medio de esta crisis y como último recurso de China para dar con una solución dialogada, el consejero de Estado Tang Jiaxuan ha viajado a EEUU, donde mantiene consultas con "altos cargos" no especificados acerca de "qué medidas tomar y qué resolución adoptar". Tang se dirigirá después a Moscú, ya que Rusia es uno de los dos miembros del Consejo de Seguridad de la ONU (junto con China) que se opone a medidas drásticas contra Pyongyang. Wu Dawei, máximo negociador chino en el diálogo a seis, y el viceministro He Yafei acompañan a Tang en este viaje relámpago.
Por otro lado, Liu ha confirmado que China y Estados Unidos mantienen consultas para una posible visita a China de la secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice. China es el principal aliado político y suministrador de Corea del Norte, al que apoya con la mitad de la energía que necesita y con envíos de cereal que ayudan a paliar la hambruna en el depauperado régimen estalinista. Liu no aclaró si en la última semana China ha reducido o cesado dichos envíos como medida punitiva.