(Libertad Digital) Tras la denuncia, el editorial desmonta la contradicción a la que podrían recurrir los que se aferran a una versión oficial del 11-M más que cuestionada. "No faltará quien a continuación objete que El Mundo incurre en una contradicción: apuntar a la trama islamista cuando en otras ocasiones hemos señalado hacia otras hipótesis". Y explica que "no hay tal contradicción porque la implicación islamista es compatible con otra trama superpuesta o complementaria. De lo que no hay ninguna duda es de que un grupo de islamistas participó en los atentados del 11-M bien como autores materiales, bien como cortina de humo. Nunca hemos negado esta evidencia".
La información que desvela este lunes el diario es otra prueba de la ineficacia policial y judicial en la prevención de la masacre. Sostiene el diario que dirige Pedro J. Ramírez que Garzón tenía acumuladas, sin traducir, más de 200 cintas grabadas a algunos islamistas implicados en el 11-M: El Tunecino, El Egipcio y Mohamed Larbi. Durante meses estuvieron amontonadas en una mesa de la Unidad Central de Información Exterior (UCIE) de la Comisaría General de Información.
Fueron grabadas por orden de Garzón en el último trimestre de 2003 y los primeros meses de 2004. Sólo después del 11-M se supo que en ellas los islamistas hablaban de la necesidad de llevar la "guerra santa" a Occidente. No fueron traducidas hasta septiembre de 2004. Para entonces, cuando las volvió a reclamar Garzón, algunas de ellas estaban ya deterioradas. La Policía había dejado de traducirlas por falta de medios. Estaba centrada en un supuesto líder islamista que residía en tarragona y que nunca fue detenido.
El Mundo apunta que "nunca sabremos si de haberse traducido esas cintas a tiempo se habría podido evitar el 11-M" y llama la atención porque "en el día de hoy no sabemos qué ha hecho (Garzón) con esas cintas. ¿Se las ha remitido, como sería lógico, al juez Del Olmo?"