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Del Burgo rechaza que se involucre al Rey en el respaldo de la Cumbre Iberoamericana a la negociación con ETA

La posibilidad de que la Cumbre Iberoamericana que se celebra este fin de semana respalde la negociación con ETA, como sugirió Moratinos, ha suscitado las críticas de Jaime Ignacio Del Burgo por la presencia del Rey. Don Juan Carlos preside habitualmente estos encuentros, por lo que, a juicio del diputado, si el Ejecutivo propone una resolución similar a la de Estrasburgo se cometería el "grave error" de involucrar al monarca en un asunto que "divide a los españoles". En su opinión, internacionalizar la negociación en Montevideo supondría "cobijar" tras la Corona la "política de claudicación del Gobierno".

(Libertad Digital) El diputado de UPN Jaime Ignacio del Burgo recordó, en declaraciones a Efe, que "el rey es el Jefe del Estado, simboliza su unidad y permanencia y, precisamente por ello, debe guardar neutralidad en todos los asuntos de política interior en los que no haya un consenso básico en las Cortes Generales" como es el caso de la negociación con ETA.
 
"Ni el Partido Popular, ni UPN ni amplios sectores de la sociedad", insistió Del Burgo, "comparten la iniciativa del Gobierno, entre otras razones porque consideran que es contrario a la Constitución negociar políticamente con ETA, bien directamente o a través de sus apoderados, es decir, con quienes quieren destruir la unidad de España, un nuevo marco político para el País Vasco".
 
El diputado señaló que son "muchos los ciudadanos españoles" que rechazan "la creación de una mesa extraparlamentaria para resolver lo que ETA denomina el conflicto vasco, tratando de la autodeterminación y Navarra". Para Del Burgo, "sería tanto como legitimar la utilización de la violencia como método de acción política".
 
Por ello, a juicio del diputado, "el Rey no puede avalar en la Cumbre una resolución semejante, pues estaría tomando partido en un asunto de política interior que divide a los españoles y al resto de los ciudadanos de la Unión Europea como se puso de manifiesto el pasado 25 de octubre en el Parlamento de Estrasburgo. Por este motivo, el presidente del Gobierno no tiene derecho alguno a utilizar la figura institucional de la Corona para cobijar tras ella su política de claudicación, división y enfrentamiento".

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