L D (EFE) De la Vega ha pedido más representación de la mujer en la docencia durante un acto de homenaje a sus tías, las primeras mujeres matriculadas y licenciadas en la Universidad de Santiago de Compostela (USC). Fernández de la Vega ha acudido este sábado a la inauguración de la Casa Jimena y Elisa Fernández de la Vega, que la institución académica compostelana dedica a sus tías.
La vicepresidenta ha aludido a las cifras facilitadas por el rector de la USC, Senén Barro, que reflejan que el pasado curso académico hubo un 54 por ciento de mujeres entre los alumnos matriculados y un 60 por ciento de los graduados, así como una proporción equitativa en los estudios de doctorado con una representación ligeramente superior de la mujer.
La vicepresidenta ha aludido a las cifras facilitadas por el rector de la USC, Senén Barro, que reflejan que el pasado curso académico hubo un 54 por ciento de mujeres entre los alumnos matriculados y un 60 por ciento de los graduados, así como una proporción equitativa en los estudios de doctorado con una representación ligeramente superior de la mujer.
La desproporción referida es un caso más del "techo de cristal que ni Elisa ni Jimena pudieron traspasar y que hoy casi un siglo después aún existe para las mujeres", ha comentado Fernández de la Vega, quien ha hecho hincapié en las dificultades de la mujer para el "acceso a las posiciones de dirección y prestigio", no sólo en el ámbito académico, sino también en el judicial o empresarial.
La universidad española "afortunadamente hoy en día es muy distinta de aquella en la que estudiaron mis tías", ha comentado la vicepresidenta, y ha dicho que en su posición de institución "clave para el progreso económico y social" de un país, "su participación será tanto mayor cuanto más abierta a la sociedad cuanto más accesible a los talentos sin ningún tipo de discriminación", agregó.
Fernández de la Vega ha recordado el "coraje" y la lucha por la igualdad de derechos de mujeres como Concepción Arenal, primera licenciada de España, o de Emilia Pardo Bazán, primera en ocupar una cátedra, pero ha subrayado de esta última que la oposición que afrontó en círculos académicos y la falta de alumnos la obligaron a abandonarla.
La vicepresidenta ha destacado que a principios del siglo pasado no era fácil el acceso a la mujer a una Universidad que, al igual que otras instituciones sociales, era un "espacio esencialmente masculino, anclado en la tradición y profundamente reacio a admitir la presencia de las mujeres", ha asegurado. Asimismo, ha afirmado sentirse "afortunada" por la herencia legada por sus tías, quienes tuvieron que enfrentarse a esa misma situación, y recordó los principios que "guiaron" sus vidas: la libertad, la autonomía, la justicia, la autenticidad, la importancia del esfuerzo y la superación personal".