Barcelona tendrá en el año 2008 un superordenador 25 veces más rápido que el "Mare Nostrum"

L D (EFE) Así lo ha anunciado este martes Mateo Valero, director del BSC-CNS, durante la inauguración oficial del "Mare Nostrum", el cuarto ordenador más potente del mundo, que funciona desde el pasado mes de abril en una antigua capilla anexa al rectorado de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC).

 

Tras siete meses de funcionamiento, que han servido para atraer a Barcelona a científicos y proyectos de todo el mundo, el superordenador ha sido inaugurado oficialmente por la ministra de Educación y Ciencia, María Jesús San Segundo; el presidente de la Generalidad, Pasqual Maragall; el consejero de Universidades, Carles Solá, y el rector de la UPC, Josep Ferrer, entre otros representantes de la universidad y de las administraciones central y catalana.

 

Mateo Valero ha afirmado que los investigadores de este centro ya están construyendo un segundo computador que estará listo en un plazo de tres años y superará ampliamente las prestaciones que ofrece el actual superordenador, capaz de resolver la astronómica cifra de 40 billones de operaciones por segundo.

 

"El 'Mare Nostrum' supera en unas 5.000 veces la potencia de un ordenador normal, y calcula en una hora lo que un ordenador haría en un año", ha explicado Mateo Valero, quien ha facilitado otros datos que reflejan la gigantesca potencia de este ordenador, que dispone de 4.564 procesadores con tecnología Power contenidos en una superficie menor a la mitad de una pista de baloncesto y un consumo de energía ocho veces menor a la del más rápido del mundo.

 

Por el momento, y hasta que el segundo supercomputador sea una realidad, todas las miradas de la comunidad internacional están centradas en el "Mare Nostrum", un proyecto impulsado y gestionado por un consorcio formado por el Ministerio de Educación y Ciencia, la Generalidad y la UPC, y considerado como una "gran instalación científica española". En este superordenador trabajan en la actualidad un centenar de científicos –que serán unos 200 en los próximos meses– en ámbitos de investigación que abarcan desde la biomedicina y la meteorología hasta la automoción y el sector aeroespacial.

 

Así, hasta ahora se han llevado a cabo proyectos tan diversos como el diseño de nuevos materiales, la simulación de turbulencias para el estudio de la aerodinámica de aviones y barcos o la predicción de la calidad del aire y de fenómenos naturales para evitar catástrofes.