L D (EFE) Los ministros de Telecomunicaciones de la Unión Europea debatirán este lunes la propuesta de la Comisión Europea para bajar el coste de las llamadas por teléfono móvil en itinerancia, en el que las posiciones están bastante enfrentadas. La propuesta de la CE quiere reducir el coste de la itinerancia a través de la limitación de precios en el mercado mayorista (lo que las empresas operadoras de distintos países se cobran entre sí por acceder a sus redes), pero no en el minorista (lo que una empresa le acaba cobrando al usuario).
Algunos Estados miembros (como Italia, España o República Checa) se opusieron a esta idea, porque consideran que en la parte mayorista del sector ya hay competencia entre las distintas empresas y la actuación de la UE supondría una intervención en un mercado competitivo. En cambio, no hay control en el sobrecosto que las compañías telefónicas acaban cobrando al usuario por usar su móvil en el extranjero, y que en algunos países del norte de Europa puede ascender al 300 por ciento, según explicaron fuentes diplomáticas.
España mantiene su oposición debido a que el elevado número de turistas que recibe obliga a las empresas de telefonía a realizar fuertes inversiones en zonas costeras no urbanas, que solo se rentabilizan a largo plazo debido a la estacionalidad del uso. En cambio, los países más favorables a la idea, los del norte de Europa, no tienen ese problema, y además la propuesta original de la CE hace que sus operadoras obtengan mejores precios en el mercado mayorista a la vez que mantienen la libertad de precios a los usuarios.
Algunos Estados miembros (como Italia, España o República Checa) se opusieron a esta idea, porque consideran que en la parte mayorista del sector ya hay competencia entre las distintas empresas y la actuación de la UE supondría una intervención en un mercado competitivo. En cambio, no hay control en el sobrecosto que las compañías telefónicas acaban cobrando al usuario por usar su móvil en el extranjero, y que en algunos países del norte de Europa puede ascender al 300 por ciento, según explicaron fuentes diplomáticas.
España mantiene su oposición debido a que el elevado número de turistas que recibe obliga a las empresas de telefonía a realizar fuertes inversiones en zonas costeras no urbanas, que solo se rentabilizan a largo plazo debido a la estacionalidad del uso. En cambio, los países más favorables a la idea, los del norte de Europa, no tienen ese problema, y además la propuesta original de la CE hace que sus operadoras obtengan mejores precios en el mercado mayorista a la vez que mantienen la libertad de precios a los usuarios.
Europa seguirá con la liberación de los servicios postales
Debido a las fuertes diferencias, se está trabajando con varias ideas que permitan mantener algún tipo de limitación de precios en el mercado mayorista y también en el minorista. El Consejo de Ministros tendrá también un intercambio de puntos de vista sobre la continuación del proceso de liberalización de los servicios postales, para una apertura total en 2009 de los segmentos hasta ahora vedados a la libre competencia.
El servicio universal -la garantía de llevar el correo a zonas rurales de baja densidad de población y por ende no rentable- se financiaría con diversas posibilidades, como subsidios directos a las empresas que lo cumplan. Se espera que algunos países, como Francia o Italia, que no han reformado sus servicios de correos en los últimos años -y que tienen un serio problema social en forma de exceso de trabajadores postales-, manifiesten sus reticencias a la propuesta. España, que ya ha reestructurado Correos, mantiene una posición favorable a la apertura, aunque apoyaría la introducción de períodos transitorios (por ejemplo hasta 2012) a fin de permitir un acuerdo.
El consejo comienza hoy con una cena informal de los ministros sobre el futuro marco regulador del sector, en el que varios países (entre ellos España) pedirán que, debido a la lentitud del proceso legislativo en la UE, se envíe una señal rápida al sector para que éste sepa dónde orientar sus inversiones. "El mercado está expectante y nervioso. Hay que decirle algo ya", señalaron fuentes diplomáticas, que indicaron que Europa "se está jugando el futuro" de su primacía en este sector.