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Miles de seguidores de Pinochet despiden al dictador en un tenso funeral

El obispo castrense, monseñor Juan Barros, ofició la misa funeral por Augusto Pinochet que se celebró en el patio Alpatacal de la Escuela Militar de Santiago, en cuyo centro se situó el féretro con los restos mortales del ex dictador. En representacion del Gobierno de Bachelet sólo acudió al funeral la ministra de Defensa, Vivianne Blanlot, que due insultada por muchos de los asistentes. Además, la ministra tachó de "inadmisible" el discurso de un nieto del dictador, capitán del ejército, que justificó el golpe de Estado de su abuelo. El cadáver del ex dictador Augusto Pinochet fue trasladado en helicóptero y depositado sin ceremonias en el crematorio del cementerio Parque del Mar, de la localidad chilena de Concón, para ser incinerado.
PINOCHET Y EL LIBERALISMO DE BOLSILLO, por Federico Jiménez Losantos

El obispo castrense, monseñor Juan Barros, ofició la misa funeral por Augusto Pinochet que se celebró en el patio Alpatacal de la Escuela Militar de Santiago, en cuyo centro se situó el féretro con los restos mortales del ex dictador. En representacion del Gobierno de Bachelet sólo acudió al funeral la ministra de Defensa, Vivianne Blanlot, que due insultada por muchos de los asistentes. Además, la ministra tachó de "inadmisible" el discurso de un nieto del dictador, capitán del ejército, que justificó el golpe de Estado de su abuelo. El cadáver del ex dictador Augusto Pinochet fue trasladado en helicóptero y depositado sin ceremonias en el crematorio del cementerio Parque del Mar, de la localidad chilena de Concón, para ser incinerado.PINOCHET Y EL LIBERALISMO DE BOLSILLO, por Federico Jiménez Losantos
L D (Agencias) El funeral del ex dictador chileno comenzó con el traslado del féretro por ocho cadetes del Ejército desde la sala central de la Escuela Militar, donde fue velado, hasta el patio Alpatacal, donde se celebró una misa fúnebre. El oficio religioso, que comenzó a las 11.00 hora local fue encabezado por el obispo general castrense, Juan Barros, quien se refirió a Pinochet como ex Jefe de Estado y destacó la figura de su esposa, Lucía Hiriart. Además, el sacerdote pidió perdón por los errores que pudo haber cometido Pinochet y afirmó que el golpe militar de 1973 se produjo por las "situaciones complejas" que vivía el país durante el gobierno del extinto presidente Salvador Allende (1970-1973).

Sus palabras fueron aplaudidas efusivamente por los asistentes, que recibieron, sin embargo, con pifias e insultos a la ministra de Defensa, Vivianne Blanlot, la única representante del Gobierno en las exequias. La ira de los seguidores de ex dictador se dirigió también contra la ausente presidenta Michelle Bachelet, quien decidió no otorgar honores de Estado a Pinochet. Blanlot, cuya presencia en la ceremonia había sido rechazada previamente por la familia, llegó acompañada por los comandantes en jefe del Ejército, La Armada, la Aviación y el director de Carabineros.
 
La ministra se reunió  a solas con Lucía Hiriart, antes del comienzo de la misa fúnebre, en la oficina del director de la Escuela Militar, fue recibida a su entrada al patio con insultos y gritos de "que se vaya, que se vaya" por seguidores de Pinochet que estaban en el lugar. Sin embargo, durante el ritual de la paz en la misa, la hija menor de Pinochet, Jacqueline, tendió la mano a la ministra de Defensa. Posteriormente los nietos del fallecido ex gobernante realizaron las lecturas bíblicas durante el oficio, que congregó a cerca de 3.000 personas. Entre ellas, además de la familia, se encontraban ex ministros de su gobierno, militares en retiro, amigos y sus partidarios.
 
Durante el oficio religioso el ataúd de Pinochet estuvo cubierto por la bandera chilena y sobre ella su uniforme de gala, las condecoraciones y su gorra. La ceremonia siguió con una serie de discursos, entre ellos el de tres nietos, uno de ellos llamado Augusto Pinochet, cadete de la Escuela Militar, quien justificó que su abuelo asaltara el poder con las armas en 1973.
 
Al termino de la ceremonia, la ministra dijo que no le extrañaron los gritos ni los insultos de grueso calibre que recibió y afirmó que era "algo que esperaba". Pero lo que no esperaba fue el discurso político del nieto del ex dictador, el capitán de Ejército Augusto Pinochet Molina, contra quien espera que el Ejércite tome medidas. "Como ministra de Defensa tengo que decir que no es aceptable que un oficial en servicio activo pronuncie un discurso público de carácter político y además denoste a poderes del Estado", dijo Blanlot a los periodistas. "Por lo tanto, condeno esta actitud y espero que el Ejército tome las medidas que corresponde en estos casos", subrayó. Tras la misa, la ministra se desplazó protegida por escoltas hasta el auditorio de la Escuela Militar, en medio de nuevos insultos de los simpatizantes de Pinochet. Blanlot dejó la Escuela Militar por una puerta trasera, sin asistir a los honores militares que el Ejército ofreció a su ex comandante en jefe.
También hablaron su hija Lucía Pinochet, el empresario Hernán Guillof, el ex ministro de su gobierno Carlos Cáceres y el general retirado Juan Guillermo Toro, además del comandante en jefe del Ejército, el general Oscar Izurieta. Posteriormente, su cadáver fue llevado al patio de honor de la Escuela Militar en una cureña, presidida por un caballo sin jinete, símbolo de la pérdida de un alto oficial, tras lo cual se le rindieron los honores militares, que incluyen tres descargas de artillería. Tras cumplir con el protocolo, el general Izurieta entregaó a la viuda una bandera de Chile.
 
Para evitar incidentes, el cadáver de Pinochet fue trasladado al lugar de la incineracion en un helicóptero del Ejército. En medio de un fuerte dispositivo de seguridad, el féretro con el cadáver del ex dictador fue trasladado en una carroza gris  desde el aeropuerto militar de Torquemada hasta el camposanto, un trayecto de cuatro kilómetros jalonado por vallas instaladas por la policía. Fuentes del cementerio señalaron que no hubo responso, que el cuerpo será incinerado este mismo martes y que no hay certeza sobre quién ni cuándo retirará las cenizas. No obstante, se pudo saber que un general del Ejército y un notario se quedaron en el cementerio y que ambos serán los encargados de entregar las cenizas de Pinochet a su familia.
 
El cortejo lo encabezaban tres motoristas de carabineros, seguidos por la carroza, una camioneta y siete automóviles y era cerrado por otros tres policías en motocicleta. Entre los acompañantes, cuyos vehículos tenían vidrios oscuros, sólo fue posible distinguir a dos de los hijos de Pinochet, Marco Antonio y Augusto, además del comandante en jefe del Ejército, Oscar Izurieta. En cada automóvil viajaban un oficial del Ejército y algunos civiles a los que no fue posible identificar debido a lo fugaz del acto. Varios cientos de adherentes apostados a lo largo del trayecto y en las afueras de la necrópolis estallaron en aplausos y gritos de apoyo al paso del cortejo.

Un helicóptero "Puma" del Ejército transportó el féretro con el cadáver del ex dictador chileno desde Santiago hasta Concón, un municipio y balneario costero situado a unos 140 kilómetros al noroeste de Santiago.

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