L D (EFE) Aguirre destaca que la Copa del Rey es una competición que "ilusiona mucho" al Atlético. "Tenemos puestas muchas esperanzas en ella y es una de las puertas que abre Europa. Entonces, no vamos regalar nada. El partido de ida nos pilló mal, de sorpresa, no nos enchufamos y perdimos. Ahora tenemos que trabajar el doble", dice. Para el preparador mexicano, el resultado de su último enfrentamiento de Liga, 0-3 a favor de su equipo en el Ciudad de Valencia, "no sirve de nada" para el encuentro de Copa, porque serán "otras circunstancias, otros jugadores, otra situación". "La única que el campo está mucho mejor, mucho más practicable", recuerda.
Asimismo, ha explicado que, respecto a hace un mes, cuando fue suspendido el encuentro ante el Levante por el mal estado del campo, su equipo ha entendido en ese periodo de tiempo que no puede relajarse "ningún partido". "Aquella vez -continuaba- veníamos de perder en La Coruña, donde el equipo jugó bien y tuvo sensación de que podía ganar. Y vino aquí (en la ida ante el Levante) y no le dimos la importancia a la Copa, el inicio, el día frío, había poca entrada, el vestuario desde el calentamiento estaba muy soso... Y luego, cuando nos dimos cuenta, íbamos 0-0, al final nos hacen el gol y nos dolió mucho". "Ha cambiado que el equipo ya no regala ni esos partidos, que hemos perdido otros dos encuentros en Liga desde entonces, ante el Zaragoza y el Espanyol, que el equipo ha dado la cara siempre y que hemos estado superando esas tonterías", añade.
Esta temporada, el Atlético ha sido mucho más fiable como visitante que como local. "No quiero que se empiece a hacer un síndrome de jugar en casa ni mucho menos, porque nuestra casa, con el apoyo del público, debe ser un fortín para nosotros y un sitio donde debemos sentenciar nuestro objetivos", afirma. "Los partidos de Copa a ida y vuelta uno prefiere jugar siempre con el apoyo de la gente en tu casa, festejar con ellos y que te lleven en volandas. Lo de la Liga me parece que ha sido circunstancial, que el equipo ha encajado gol antes que los rivales y que hemos llegado apresurados. No hemos calculado que hay 80 minutos para mejorar todo", indica.
En ese sentido, se refería al encuentro del pasado domingo ante el Espanyol: "Había 82 minutos para igualar, luego empatas y quieres ganar con ese ímpetu y en una falta aislada te hacen el segundo. He preferido toda mi vida jugar en casa. No es un ningún alivio jugar en el campo del Levante ni tratar de remontar allí. Prefiero ir ganando y jugar en casa". Por eso, Aguirre advierte de la importancia de tener paciencia en el partido de mañana. "Nuestro equipo debe entender eso, que en noventa minutos tenemos permanente llegada y somos un equipo que controla la pelota, que tiene buena llegada por fuera, que tiene jugadores capaces de pisar el área", comenta. "Yo le digo a los atacantes que, para su fortuna, esas malas decisiones que toman no se notan tanto como las de atrás. Por ejemplo, Perea tuvo una mala decisión (ante el Espanyol) que nos cuesta un gol, pero delante hay que ser más escrupuloso, más concentrado, más exigentes", añade.
"Esa ocasión que tenemos hay que meterla. Ojalá hubiera ocho y marcáramos cuatro, pero ha habido ocho y no la hemos metido. Entonces, la paciencia es buena consejera. Es un partido de 90 minutos y hay que entender que un gol nos mete e iguala todo y hay prórroga, penaltis... Uno nunca sabe lo que puede pasar. Eso es lo bonito y lo interesante de la Copa", señala.
El técnico también resalta la relevancia de cuidar los pequeños detalles, como el gol del Levante en el duelo de ida. "Cuando el rival verdaderamente te quita la pelota, tiene el 60 ó 70 por ciento de posesión, te trae de un lado para otro, te hace ocasiones, te da tres al palo, te da un meneo, te mete tres goles, no hay más que felicitarlo y a casa", dice. "Pero si tu tienes la pelota, generas más que ellos y te hacen un saque de banda o un córner y te la meten en la escuadra, se te queda cara tonto, sobre todo por la situación que está el equipo. Estás cuarto en la Liga, no dejes ir esa posición tan fácil. No es lo mismo ser cuarto que quinto ni meterle siete puntos al séptimo que tenerlo a dos. Eso es lo que te da más arriba", concluyó.
Asimismo, ha explicado que, respecto a hace un mes, cuando fue suspendido el encuentro ante el Levante por el mal estado del campo, su equipo ha entendido en ese periodo de tiempo que no puede relajarse "ningún partido". "Aquella vez -continuaba- veníamos de perder en La Coruña, donde el equipo jugó bien y tuvo sensación de que podía ganar. Y vino aquí (en la ida ante el Levante) y no le dimos la importancia a la Copa, el inicio, el día frío, había poca entrada, el vestuario desde el calentamiento estaba muy soso... Y luego, cuando nos dimos cuenta, íbamos 0-0, al final nos hacen el gol y nos dolió mucho". "Ha cambiado que el equipo ya no regala ni esos partidos, que hemos perdido otros dos encuentros en Liga desde entonces, ante el Zaragoza y el Espanyol, que el equipo ha dado la cara siempre y que hemos estado superando esas tonterías", añade.
Esta temporada, el Atlético ha sido mucho más fiable como visitante que como local. "No quiero que se empiece a hacer un síndrome de jugar en casa ni mucho menos, porque nuestra casa, con el apoyo del público, debe ser un fortín para nosotros y un sitio donde debemos sentenciar nuestro objetivos", afirma. "Los partidos de Copa a ida y vuelta uno prefiere jugar siempre con el apoyo de la gente en tu casa, festejar con ellos y que te lleven en volandas. Lo de la Liga me parece que ha sido circunstancial, que el equipo ha encajado gol antes que los rivales y que hemos llegado apresurados. No hemos calculado que hay 80 minutos para mejorar todo", indica.
En ese sentido, se refería al encuentro del pasado domingo ante el Espanyol: "Había 82 minutos para igualar, luego empatas y quieres ganar con ese ímpetu y en una falta aislada te hacen el segundo. He preferido toda mi vida jugar en casa. No es un ningún alivio jugar en el campo del Levante ni tratar de remontar allí. Prefiero ir ganando y jugar en casa". Por eso, Aguirre advierte de la importancia de tener paciencia en el partido de mañana. "Nuestro equipo debe entender eso, que en noventa minutos tenemos permanente llegada y somos un equipo que controla la pelota, que tiene buena llegada por fuera, que tiene jugadores capaces de pisar el área", comenta. "Yo le digo a los atacantes que, para su fortuna, esas malas decisiones que toman no se notan tanto como las de atrás. Por ejemplo, Perea tuvo una mala decisión (ante el Espanyol) que nos cuesta un gol, pero delante hay que ser más escrupuloso, más concentrado, más exigentes", añade.
"Esa ocasión que tenemos hay que meterla. Ojalá hubiera ocho y marcáramos cuatro, pero ha habido ocho y no la hemos metido. Entonces, la paciencia es buena consejera. Es un partido de 90 minutos y hay que entender que un gol nos mete e iguala todo y hay prórroga, penaltis... Uno nunca sabe lo que puede pasar. Eso es lo bonito y lo interesante de la Copa", señala.
El técnico también resalta la relevancia de cuidar los pequeños detalles, como el gol del Levante en el duelo de ida. "Cuando el rival verdaderamente te quita la pelota, tiene el 60 ó 70 por ciento de posesión, te trae de un lado para otro, te hace ocasiones, te da tres al palo, te da un meneo, te mete tres goles, no hay más que felicitarlo y a casa", dice. "Pero si tu tienes la pelota, generas más que ellos y te hacen un saque de banda o un córner y te la meten en la escuadra, se te queda cara tonto, sobre todo por la situación que está el equipo. Estás cuarto en la Liga, no dejes ir esa posición tan fácil. No es lo mismo ser cuarto que quinto ni meterle siete puntos al séptimo que tenerlo a dos. Eso es lo que te da más arriba", concluyó.